El peso de la historia
El universo de los superhéroes es tan magno como alucinante. Esta vez, la oscuridad volvió para sembrar el caos y la destrucción en el mundo moderno bajo el nombre del dios Apocalypse, surgido en el Antiguo Egipto, quien renace en esta tercera parte de la trilogía precuela de los X-Men para provocar el fin del mundo.
Pero el profesor Charles Xavier (James McAvoy), Magneto y los mutantes lucharán contra el denso pasado de la historia para evitar que los cimientos de la nueva era se derrumben. Así, el filme entrelaza la segunda guerra mundial, el campo de concentración de Auschwitz y el peso de la historia con la actualidad (que para la película son los años ochenta). Resulta imposible destacar algo de esta historia cuando todos los condimentos encajan perfectamente a través de la tensión, el conflicto y la pasión, generando así un relato consistente y brillante. Con respecto a la espectacularidad de los efectos especiales, y esto es sumamente relevante, cada tiro, cada golpe y cada latigazo es preciso y afín al relato, por lo que el director no abusa de ningún recurso (que sucede en la mayoría de las películas de acción). El poder de la psiquis, del cuerpo y del espíritu se aúnan en este filme poderoso y entretenido de principio a fin. Aplausos para su director Bryan Singer y para el elenco que sabe combinar la dosis perfecta de acción y emotividad en cada escena.