El concepto de parodia está un poco ajado, manoseado y vapuleado en la meca del cine. Algunos productores, guionistas y realizadores de poca monta creen que acumular clichés y lugares comunes es ser “creativos”, pero la mordacidad y la verdadera crítica quedan rezagadas, sólo tenemos escenas de escaso valor creativo, burdas, incluso chabacanas que con suerte podrían llegar a rellenar un programa de la trasnoche en algún perdido canal de cable. O ni siquiera eso.
Marlon Wayans (una de las en-algún-momento-creativas mentes detrás de la saga Scary Movie) encarna a Malcom, un hombre que decide que su novia se mude a su casa sin saber que ella llegará con una maldición demoníaca entre sus maletas. Desde allí, y todo registrado por el circuito de cámaras de seguridad de la casa, podrán descubrir qué es lo que sucede por las noches mientras ellos duermen. Que sólo haya flatulencias, violaciones fantasmagóricas, drogones y la misma galería de personajes insufribles de siempre, no ayuda demasiado.