Meryl y Paul Morgan son una pareja de la alta sociedad de New York que están atravesando una crisis matrimonial. Un incidente los lleva a mudarse a Wyoming, el poblado con menos habitantes de Estados Unidos. Allí, Meryl y Paul irán limando asperezas e intentarán reconstruir el amor dañado, en medio de bucólicos paisajes, con vaqueros, caballos y muy lejos del aire contaminado de la gran ciudad. Pero de tan obvia la historia se cae a pedazos con el correr de los minutos. Como si fuera poco, las actuaciones de los protagonistas son de una pobreza alarmante, parece que estuvieran trabajando a reglamento en toda la película y no trasmiten nada. El director Marc Lawrence insinuó algunos toques de humor, pero son tan escasos que se pierden a lo largo de un filme que es demasiado extenso para contar tan poco. Para ver, a lo sumo, un domingo de lluvia por cable.