Yesterday

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Homenaje a The Beatles a medio camino

La nueva película del británico Danny Boyle busca ser divertida pero no está a la altura de la leyenda de los cuatro de Liverpool

Al ver Yesterday (2019) da la sensación de que hubiera sido mejor que Danny Boyle se hubiera dedicado a filmar bond 25 qué a homenajear a The Beatles. Pero el creador de 127 Horas (127 Hours, 2010) decidió colgar el proyecto por “diferencias creativas” y regresó a sus raíces con un resultado algo irregular.

Y no es que esta nueva película sea mala sino que no llega la altura del mítico cuarteto de Liverpool y (¿por qué no decirlo?) tampoco a la altura de los trabajos de este realizador británico, que supo ganar fama y prestigio con Trainspotting (1996).

Porque, viniendo del creador de Exterminio (28 Days Later, 2003) y ¿Quién quiere ser millonario? (Slumdog Millonaire, 2008), la cosa no pasa de varias sonrisas y un poco de nostalgia de cuando en cuando.

El proyecto pintaba mucho más ambicioso porque la historia que plantea Yesterday ya es así, ambiciosa, y más también. Resulta que joven músico llamado Jack Malik (Himesh Patel) no termina de afianzar su promisoria carrera de cantante a pesar de los esfuerzos de su agente Ellie (Lily James) y de su propio talento, que lo tiene y en abundancia. Pero ocurre uno de esos accidentes fortuitos que podríamos llamar de “realismo mágico” (en este caso un corte de luz a nivel global) que borra de la memoria de todos los habitantes del planeta- como si se tratara del lápiz los Hombres de Negro- todo recuerdo de la existencia de los cuatro músicos más fabulosos la humanidad haya escuchado, y también de otras otros elementos que ya nos iremos enterando gracias al estilo videoclip de Boyle.

En esta suerte de universo paralelo, Jack descubre que es el único que recuerda el repertorio de The Beatles y entonces se abren en una poderosa incógnita: ¿es legal utilizar el inconmensurable catálogo musical de los Beatles en beneficio propio para lanzarse en el negocio de la música? Y si es así: ¿Es moralmente reprobable hacerlo dado que nadie podrá escuchar nunca jamás esas canciones si él no toma cartas en el asunto?

La resolución viene de la mano de una película más intimista que otra cosa, en la que solo cinco personajes definen el argumento en dos horas, algo que la hace quedar algo pequeña dada la tarea que se ha propuesto Boyle y el guionista Richard Curtis, de quien se nota su mano gracias a escenas que hacen acordar mucho a otros de sus trabajos como Cuatro Bodas y un Funeral(Four Weddings and a funeral, 1994) y Notting Hill (1999).

Eso sí, en el plano musical, Yesterday cumple con creces su cometido de llevar a las nuevas generaciones el cancionero de la que quizá sea la banda de rock más influyente de todos los tiempos. Hay también un dejo de melancolía en todo esto, que viene de la mano del origen de todas esas canciones, un génesis que se pierde en una época que ya no se volverá a repetir. Y también está la narrativa de Boyle, que sigue evolucionando hacia límites futuristas, al punto que es una pena que no haya aplicado ese lenguaje visual para renovar al agente al servicio de su majestad