La niñez nunca deja de ser abordada por el cine, sin importar lo dramático que pueda ser el enfoque elegido por quien dirija. Argentina tiene exponentes clásicos, como Crónica de un niño sólo, ópera prima de Leonardo Favio. Yo niña, también ópera prima pero de Natural Arpajou, tiene con qué para acercarse en calidad al largometraje de Favio.
Armonía (Huenu Paz Paredes) tiene 6 años y es hija de una joven pareja hippie. Viven en una casa flotante en la Patagonia, lejos de la ciudad y de los que Pablo (Esteban Lamothe) llama burgueses. Un hecho que casi termina en tragedia los obliga a vivir en la ciudad y a chocar con ideales que no se corresponden con los que venían pregonando. Será el inicio de una serie de situaciones que pondrán a prueba en nivel de madurez de la familia. Sobre todo, de Armonía: aunque es consciente de los momentos duros que le toca atravesar, todavía piensa que sus padres no son sus padres y, de vez en cuando, trata de comunicarse con extraterrestres -supuestamente, su verdadero clan- que la llevarán a un lugar mejor.
La película tiene un gran número de virtudes, pero ninguna tan destacable como el trabajo del punto de vista de Armonía. Durante casi todo el tiempo la cámara está con ella y muestra peleas y alegrías desde su óptica, varias veces mirando a través de ventanas. Remite a Ana (Ana Torrent), la protagonista de Cría cuervos, de Carlos Saura, por su exposición a cuestiones de adultos y también porque no deja de ser una niña con sus anhelos de carácter imaginativo, aunque también ligados a la dura vida real. Además, la directora nos presenta las andanzas de la nena y de sus padres, con sus logros y sus errores (numerosos), pero sin pronunciar juicios de valor.
Otro mérito de la directora es el casting, en especial el de la debutante Huenu Paz Paredes. A lo largo del film atraviesa distintas emociones, y lo hace de manera convincente, como una adulta pequeña, sin caer en la caricatura. Una verdadera revelación y una de las actrices infantiles más emblemáticas de los últimos tiempos. Por el lado de los adultos, Lamothe y Andrea Carballo (protagonista de Lo que haría, el corto más célebre de Arpajou) hacen un trabajo convincente como adultos que, con su mirada de la vida, intentan sobrevivir, llegando a la desesperación y la bronca. Mención especial para Bimbo Godoy en el rol de la tía de Armonía, ya que aporta toques necesarios de humor, y para Mariano González (protagonista y director de Los globos), con un papel breve pero crucial.
Yo niña es un modelo a seguir a la hora de narrar historias desde la óptica de un chico y marca un muy buen inicio de Natural Arpajou en el terreno de los largometrajes.