Downton Abbey:
Entre 2010 y 2015 la cadena británica ITV emitió la serie de época creada por el ganador del Oscar Julian Fellowes (Gosford Park). El suceso en su país se vio replicado en todo el mundo y, especialmente, en Estados Unidos: allí adquirió estatus de impensado fenómeno y hasta durante mucho tiempo fue una de las series favoritas de los Premios Emmy, incluso a pesar de ser inglesa (es el programa de televisión no estadounidense más nominado en la historia de los premios).
Pasaron apenas 4 años desde su despedida de la pantalla, pero como parece que toda serie debe regresar, han decidido rescatar el show entregando una película de 2 horas que viene a regalarnos un poco más de esos personajes que supimos amar y odiar.
Entrega solo para fans, aunque el resto puede no pasarla tan mal.
Queda claro que si no sabés todo lo que sufrió Lady Mary, si no lloraste desparramado en el sillón con la muerte de Lady Sybil dejando a Tom roto en mil pedazos, si no detestaste los maquiavélicos artilugios de Barrow, o si no conocés la desopilante guerra silenciosa entre Violet (Maggie Smith) e Isobel (Penélope Wilton), esto no es para vos.
Es verdad que la película trata de contextualizar y dar un pantallazo explicativo para los espectadores casuales (que quizás ingresaron a la sala por error), pero no hay tiempo suficiente para que la prehistoria de tantos (¡tantos!) personajes sea explicitada.
Sin conocer las relaciones forjadas a lo largo de 6 temporadas te vas a perder la mitad de los guiños o chistes preparados, aunque apuesto unas fichas a que ese espectador casual, pese a perderse miles de referencias, al menos no se aburrirá. Es que gran parte del éxito de Downton Abbey radicó en saber enganchar a millones de espectadores aun cuando en la trama no estaba pasando nada verdaderamente relevante.
Especial de Navidad de alto presupuesto.
Una de las costumbres de la serie (y de los grandes shows británicos) fue realizar un episodio especial a emitir en Navidad, relatando alguna historia por fuera del arco de la temporada de su respectivo año. Downton Abbey La Películatranquilamente podría ser uno de esos episodios random, aunque con un presupuesto mucho más elevado.
Han pasado unos años en la trama respecto a la última vez que vimos a los Crawley. El anuncio de la visita del Rey George V (Simon Jones) y la Reina Mary (Geraldine James) son el disparador para que todo el mundo enloquezca en Downton: los dueños por tamaña presencia en su hogar, los sirvientes por el esfuerzo que deberán implementar para hacer quedar bien a sus patrones y a sus propios egos.
Downton Abbey supo -como ninguna otra serie- tomar los elementos fundamentales de la bastardeada telenovela, envolviéndolos en un lujoso paquete de alto presupuesto, vestuario de época y diálogos pulidos por un Academy Winner, logrando un culebrón de mucho estilo que atrapa tomando lo más interesante y adictivo del género, convenciéndonos de estar viendo una serie digna de la edad dorada de la TV.
Pero bajo brillos, platería, e imponentes habitaciones, fuimos atraídos por romances, traiciones y muertes que bien podrían ser de la novela de la tarde. Esta película repite el esquema, aprovechando esa visita Real para seguir dándonos lo que mejor supieron hacer: más líos amorosos, más guerra entre mayordomos, más problemas de gente aristócrata que debería darnos un poco de vergüenza nos importen tanto.
Tras diálogos ágiles (Smith arrasa en cada aparición) y pese a cierta sobrecarga de tramas y personajes, Downton Abbey La Película se las ingenia para remarcar los que siempre fueron sus temas centrales: las diferencias sociales, el contraste entre las costumbres e ideologías de los miembros de la familia y su servidumbre, las consecuencias del paso del tiempo, cómo ese aristocrático estilo de vida se vuelve añejo ante un mundo que evoluciona.
La presencia Real no hace más que exacerbar esas cuestiones, poniendo en duda las convicciones de todos. Claro que eso es apenas una pincelada en un lienzo centrado en contarnos cómo siguen esos personajes que hace un tiempo no veíamos.
Downton Abbey La Películaaprovecha además para darle una especie de cierre o final feliz a dos de los personajes que nos dejaron con sabor a poco en el series finaledel show: Barrow (Robert James-Collier) y Tom Branson (Allen Leech). Mientras el resto de los personajes habían conseguido sus merecidos happy endings, ellos quedaron en una nebulosa que ahora tiene su resarcimiento. A Barrow se lo utiliza además para otra de las claves de la serie: el contraponer lo que era juzgado en los años 20 y que hoy en nuestros días debería dejar de serlo.
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