Tu amor, mi perdición:
De amor, de locura y de muerte
El actor principal de la primera mitad de El padre de mis hijos (Mia Hansen-Løve) parece seguir en su ópera prima como director algunas ideas de aquella gran película, pero donde allí se hacía foco en el dolor del duelo (la segunda mitad, claro, ya sin Louis-Do de Lencquesaing) en Tu amor, mi perdición se profundiza en la agridulce sensación de tristeza, pero al mismo tiempo de libertad, de crecimiento y de ruptura que la muerte de los padres provoca.
Es que Paul, el novelista que el propio director encarna, al tiempo que fallece su padre se enamora de Ada (Valentina Cervi), que trabaja en su sello editorial. Que esta mujer se encuentre casada y el impacto que esta relación tiene en el vínculo con Camille (Alice de Lencquesaing), la hija adolescente con la que vive, configuran el centro de una trama que no se disfruta justamente “al galope” -como sostiene el título original- sino a través de un amable devenir que se toma su tiempo para que conectemos con los personajes.
La película pareciera sustentarse en gran parte en el egocentrismo de su realizador, pero ello lejos de molestar funciona adecuadamente en razón del gran carisma de Louis-Do de Lencquesaing. Para él Tu amor, mi perdición parece una continuación de su vida, en la cual uno lo imagina entrando y saliendo de las situaciones conflictivas con la misma elegancia con la que lleva adelante la ficción.
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