Scream 6:
Tras los crímenes ocurridos en el pequeño pueblo ficticio de Woodsboro, el asesino enmascarado de la franquicia Scream regresa más sangriento y despiadado que nunca en una historia slasher que los fans del género adorarán.
Parece que el tiempo no hubiera transcurrido tan rápido, pero lo concreto es que el filme original, donde por primera vez apareció Ghostface, fue dirigido hace casi 30 años por Wes Craven, todo un especialista en el arte de aterrar a los espectadores con toques de humor negro. A él también se debe la aparición del terrorífico Freddy Krueger, que atormentó nuestros sueños en la saga Pesadilla en lo profundo de la noche.
Kevin Williamson, guionista original, ahora está acompañado en su tarea por James Vanderbilt y Guy Busick. Juntos, llevaron la acción a Nueva York, esa enorme ciudad cosmopolita donde se acentúan la indiferencia y la apatía de los habitantes ante cualquier hecho extraño que ocurra en la calle. Allí los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (los mismos de Boda sangrienta y Scream 5), encontraron lo que buscaban para llevar adelante el que tal vez sea el episodio más sangriento de las andanzas del inquietante homicida.
Y lo lograron con creces desde los primeros minutos de la trama, cuando una mujer aguarda la llegada de su cita en un lujoso restaurante. Impaciente, recibe una llamada del hombre que espera y por seguir sus indicaciones, termina en un callejón donde ya sabemos que no debería haber ido. Pero así es el género; nunca hay que ir solo a lugares oscuros.
Atormentada
Las peripecias del guion siguen a Samantha (Melissa Barrera), quien atormentada por sus pensamientos concurre al consultorio del Dr. Stone (Henry Czerny), en busca de ayuda. Ella y su hermana Tara (Jenna Ortega, la revelación de la serie Merlina, de Netflix) son sobrevivientes de Scream 5 y arrastran un pasado complejo al ser hijas del asesino serial Billy Loomis.
En su traslado a la Gran Manzana comparten edificio de departamentos con Mindy (Jasmin Savoy Browne, de Yellowjackets) y su gemelo Chad (Mason Gooding de Con amor, Victor), dos centennials estudiantes de cine, que también tuvieron la muerte en los talones en la anterior película.
La protagonista comienza a ser acosada telefónicamente, y las víctimas no tardan en aparecer alrededor suyo. Dispuestos a investigar los hechos intervienen el Detective Bailey (Dermot Mulroney) y Kirby Reed (Hayden Panettiere), la única que quedó con vida en Scream 4, transformada en agente del FBI, dispuesta a hacer justicia. Como todo toma estado público, además reaparece la implacable periodista Gale Weathers (Courteney Cox, ex Friends, con rostro nuevo).
Los creadores consiguen atrapar la atención al refrescar lo que ocurrió en las cinco películas previas, construyen momentos de suspenso inquietante como dentro del subte atestado y logran escenas de acción sumamente dinámicas, aunque algunos diálogos ralentizan y resultan demasiado explicativos.
Hay un par de homenajes con imágenes de dos clásicos como Los usurpadores de cuerpos y Martes 13 Parte VIII con el despiadado Jason en Manhattan y, al igual que en la primera, un breve e interesante análisis de los elementos que constituyen el cine de terror, en boca de Mindy, experta en ese género.
No conviene dar más detalles para no caer en spoilers y eliminar la sorpresa. Solo un consejo: no revele el sorprendente final.
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