Hay un tradición elaborada en la comedia, la del humor para mayores, con humor risueño contando aventuras alocadas (quizás) pero conservadoras. Es un estilo bien propio del cine europeo, que bordea la comedia dramática, sentimental, pero esta vez parece haber sido adoptado en un marco de comedia hollywoodense, aunque con mucho aire inglés. En “Rigoletto en apuros” ("Quartet") (debut detrás de las cámaras del legendario Dustin Hoffman), el contexto es una residencia para músicos retirados. Hablamos de grandes figuras de la industria, estrellas que ya no brillan en los escenarios pero que tienen un lugar que los contiene y los cuida, la casa Beecham. Durante los preparativos de la gala de recaudación de fondos con motivo del aniversario de Verdi, llega un nuevo huésped a la casa y Reginald Paget (Tom Courtenay), Wilfred Bond (Billy Connolly) y Cecily Robson (Pauline Collins) descubren con sorpresa que se trata de Jean Horton (Maggie Smith), su antigua compañera de cuarteto, una legendaria-y arrogante- diva que dejó los telones cuando consideró que ya no estaba a la altura de su gran nombre. Como es de imaginarse la casa está en la quiebra y su salvación depende de la cooperación de estos astros de la música en el gran evento de recaudación. En este marco se nos plantea una historia que toca muy de cerca temas como la senectud, el deterioro, el amor y el perdón pero sin perder ni un momento una atmósfera de optimismo, si bien tiene cierto matiz melancólico se desarrolla sin golpes bajos… y sin sorpresas. Algunas notas de humor- aunque el personaje de Connolly por momentos agobia con sus líneas- buena música y actuaciones solventes hacen de esta película algo agradable de ver (un poco sentimental para mí, quizás). Era esperable que el punto fuerte fueran las caracterizaciones, tema que el actor-director domina a la perfección. Dado que la historia era previsible el cast era una carta importante para sostener el interés del público. Todos hacen lo suyo (Smith, Connolly, Courtenay y Collins) ajustadamente y se atienen a los lugares marcados. Sin demasiadas sorpresas. En definitiva, Dustin Hoffman, en su ópera prima, nos ofrece una película cálida y entretenida, correcta y amable. El público que empatiza con comedias sobre adultos mayores, la encontrarán amable y simpática. Correcta.
Hay dos responsables fundamentales para que "Safe Heaven" sea como es; su director es el sueco Lasse Hallström, personalidad que comenzó de modo más que correcto su carrera en Hollywood con escasos títulos en casi 10 años como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Chocolate, Las reglas de la vida o Atando cabos, para luego convertirse en un todoterreno especialista en películas almibaradas como Un amor dos destinos, Casanova, Siempre a tu lado, o la reciente Un amor imposible. El otro factor es el escritor Nicholas Spark, autor de moda para adaptaciones hollywoodenses de novelas románticas, de su pluma salieron la exitosa Diario de una pasión, y también Cuando te encuentre, Mensaje de amor, Noches de tormenta, Un amor para recordar y La última canción entre otras, casi al ritmo de una adaptación por año convirtiéndose en una suerte de marca registrada. Hallström y Spark ya habían unido fuerzas en Querido John, otro drama romántico al estilo de Safe Haven, por lo cual hablamos de un producto probado. Katie Feldman (Julianne Hough) llega a un pequeño pueblo costero llamado Southport, buscando pasar desapercibida para huir de un pasado tormentoso y rehacer su vida. Consigue trabajo de camarera en una cafetería y alquila una cabaña algo distante del centro del pueblo. Pronto conoce a Alex (Josh Duhamel), dueño del supermercado, y sus dos pequeños hijos. Lentamente Katie aprende a sonreír nuevamente y a disfrutar las peripecias de la vida tranquila y sin sobresaltos… pero la fiesta se ve interrumpida por la aparición de una sombra del pasado. Lo que comienza como una historia de amor y reconstrucción de vida, pasará a tener otros tintes, previsibles, pero intensos (aunque a la medida de la propuesta) La película se filmó en Wilmington y Southport, Carolina del Norte y algunas partes en Louisiana. Hay un interesante trabajo de locaciones, y una fotografía respetable, que le da mucha atmósfera a la película y hace sentir al espectador, cómodo y predispuesto. La primera hora es entretenida, luego la película decae poco a poco hasta el final: sensiblero, predecible y melodramático. Pero como en todo relato, lo importante es el viaje, no el punto de llegada. Es decir, nos podemos dejar llevar por la trama de misterio y romance empatizando con la protagonista y encariñándonos indefectiblemente con Josh Duhamel, que es pura ternura. Hay muy buena química entre él y Julianne Hough, por lo que la pareja resulta creíble y agradable. Un film que posiblemente cosechará mayores adeptos entre el público femenino, entretiene sin demasiadas pretensiones. En conclusión, nos ofrece lo que estamos acostumbrados a ver en películas románticas de este tipo. Un buen envase, una pareja con química y una historia esquemática. Nada más (y nada menos) que eso.
Si hay algo que apasiona a los franceses es el amor, la comedia y la cocina. Y bien, un poco de todo esto trata esta película. Daniel Cohen escribió y dirigió esta comedia ligera y fácil de digerir, que trata de un joven prodigio de la gastronomía, Jacky Bonnot (Michael Youn), quien no consigue un trabajo a la altura de sus expectativas y se pasa de empleo en empleo sin permanecer mucho tiempo en ningún lado. La situación se vuelve apremiante ya que su mujer, Béatrice (Raphaëlle Agogue) está embarazada. En este contexto trabaja como pintor pero su suerte cambia y su vida da un vuelco cuando es descubierto por el gran chef Alexandre Lagarde (Jean Reno), que está bajo la amenaza de perder una de sus tres estrellas y por lo tanto su trabajo en el restaurante lleva su nombre, pero que es propiedad de un magnate y su hijo egocéntrico Stanislas Matter (Julien Boisselier). Este ha sido seducido por la cocina molecular y busca reemplazar a Lagarde, falto de recetas innovadoras, por un chef que traiga el último grito de la moda gastronómico. Jacky comienza a trabajar como pasante de Alexandre y se combinarán deliciosamente las personalidades contrastantes de ambos personajes: el duro y el blando, el chef tradicional y el joven entusiasta. De allí surgirán algunas risas, escenas simpáticas y un buen cameo del actor Santiago Segura, conocido por su papel en la saga Torrente. Jacky deberá hacerse camino entre ollas y sartenes para mantener a su esposa y no perder su amor, y Alexandre correrá suerte parecida intentando mantener su reputación y el cariño de su hija Amandine (Salomé Stévenin). El ritmo de la película es ameno, es corta, o más bien dura lo necesario para la historia que se pretende contar. Sabemos que es lo que va a pasar desde que empieza el film pero aun así no perdemos el interés. Ligera, suave como una mousse, aunque por momentos nos deja con un poco de hambre… sin embargo está bien planteada, con buenas actuaciones, funciona y entretiene.
El regreso del enmascarado The Lone Ranger” era una apuesta riesgosa. Desde los números, y desde la concepción. Volver a este gran clásico con la mirada de este tiempo, no parecía tarea sencilla (valía la pena correr tantos riesgos?) pero sin embargo Gore Verbinski (amigo personal de Depp, hombre responsable de la triología de “Pirates of the Caribean”) hizo tándem nuevamente con otro grande de la industria (Jerry Bruckheimer en los números) y se animó a darle vida a una de las historias más pintorescas del lejano Oeste: El llanero solitario. Detractores y puristas, hay que avisarles, no esperen más que un homenaje al enmascarado, el resto, es cine de acción y aventuras acorde a los cánones de este tiempo, con cierta dosis de humor negro y gran despliegue visual. Al comenzar la película, nos encontramos a Toro como un hombre mayor, que forma parte de vitrina titulada "Noble Savage" en una exposición de 1933 del Wild West, así que nuestra historia estará contada en flashback a través de sus ojos. Viajamos a 1869 en Texas, decíamos, con “Tonto” (nombre del indio en la versión original, Depp dispuesto a divertirse en su yo más histriónico), esposado en un vagón de tren. Espera su destino con Butch Cavendish (William Fichtner), un matón asesino cuyo diente de plata anuncia sus intereses,tipo de forajido que representa la guardia vieja. Este intenta escapar de su ejecución pública (es un asesino descarado, les anticipo) y así conoce a John Reid (Armie Hammer de "The Social Network"), el hermano menor de Dan (James Badge Dale, de “Iron man 3”) quien es un Ranger de Texas, casado- con el amor platónico de John- y con un hijo. "The Lone Ranger" comienza con una introducción que nada tiene que envidiarle a cualquier film de James Bond: trenes, caballos, explosiones, peleas, fugas y tiroteos. Cavendish se escapa, Dan y John van en su búsqueda, pero su misión termina al poco tiempo en tragedia poniendo al primero en el camino de la búsqueda de justicia personal. El destino entonces, lo unirá a Toro, por supuesto, quien también tiene cuentas que saldar con Cavendish, pero quizás, de naturaleza más profunda (ya verán porqué). Los dos se conforman rápidamente como una dupla simpática y con cierto grado de carisma, aunque Depp en cada parlamento se muestra a años luz del protagonista de la historia. Volviendo a la trama, sabemos que la llegada del ferrocarril modifica la vida de los sujetos en aquel árido contexto, y el responsable de estas transformaciones es Latham Cole (Tom Wilkinson) un hombre ambicioso que pareciera ser buen tipo, pero desde el comienzo es evidente su intención de clavarle los colmillos a la esposa de Dan. Para ponerlo simple: nuestros amigos tendrán mucho terreno para dar con la pista del bandido y la tarea, será más compleja que lo imaginable… Los 149 minutos de duración no se tornan tan extensos como parecen, el film entretiene, aunque existen varias líneas secundarias que aportan poco...En cierta manera, nos llevan lejos de la narración principal y podrían haber caído en el corte final. Algunas de estas escenas tienen el propósito de ser divertidas, o funcionar como pintorescas, pero se muestran erráticas (las de la madama del burdel, por ejemplo)… y otras son sorprendentemente violentas, más considerando que se trata de una película de Disney (ir advertidos si tienen chicos). Estos cambios contantes en el ritmo pueden producir cierto desajuste al que hay que ir acomodándose conforme avanza la trama. Pero el espíritu aventurero y las bromas mantienen el interés del público. Johnny Depp es el protagonista, más allá de que el título de la película haga mención al llanero solitario, las mejores líneas, gags visuales e historia pertenecen a Toro. Es difícil separarlo de Depp, y de su legendario Jack Sparrow, porque lo vemos hacer prácticamente el mismo papel. En cuanto a Armie Hammer podemos decir que está a la altura, pero el perfil de su rol, de hombre poco hábil para muchas cosas y además, ingenuo citadino por momentos le quita luces a su justiciero. Mención aparte para las mujeres, Ruth Wilson (Rebecca Reid) aporta poquito (sólo candidez). Y Helena Bonham Carter tiene un papel lejos de sus mejores días, hasta discutible, les diría. Ella trabaja casi a reglamento, pero a pesar de ello, se toma en serio sus líneas a lo largo de la historia. Sí, no dejen de prestar atención a quien es, tal vez el verdadero héroe de esta película: "Silver", el caballo, quien se lleva, probablemente, algunas de las mejores escenas tanto cómicas como de acción. Buena fotografía, escenarios amplios, variedad de efectos especiales convincentes (las escenas con trenes son de lo mejor)... Y la música de Hans Zimmer, que encaja perfectamente con cada momento del film y es una de las cosas más destacables. Hacia el cierre hay una partitura que les resultará familiar y que quedará grabada en sus mentes, denlo por seguro. Tal vez es una película para la que había expectativas muy altas, sobre todo para fans de la serie que pueden no encontrarla tan amena, pero pese a todo, como producto puro de entretenimiento, se disfruta y mucho. Mi balance es positivo. Hi-yo, Silver, away!