Cuando me enteré de que llevarían la serie Glee a la pantalla grande me pregunté con qué sorpresa me encontraría. Es bastante raro pensar en series como Doctor House, Lost, Two and a half man, etc siendo adaptadas para que un pequeño capítulo se extienda a 120 min. Aproximadamente, en un guión que se diferencie del de los episodios como para justificar su llevada a la pantalla grande. Tras una serie exitosa no esperamos menos que un guión cinematográfico super cuidado y exitoso también...
Moacir Dos Santos, un "brasileño-argentino" de 65 años que vive en nuestro país desde hace casi treinta años, nos conmueve en este documental. Aquí expresa lo que quiere que no falte a esta filmación, aclara que no se podrá prescindir de hacer mención de aquella dura infancia por la que ha pasado, su crecimiento en la pobreza con una madre alcohólica, un padre ausente y hermanitos lustrabotas. Pero para nosotros que lo escuchamos la parte más dura recién comienza...
Hay que agradecer una y otra vez a Werner Herzog por haber pensado en este documental, el darnos la posibilidad de contar con este verdadero sueño maravilloso del que nosotros, mortales corrientes no podríamos acceder si no fuese por causa de este proyecto; transitar el estrecho pasillo especialmente construido para realizar la incursión única a la cueva de Chauvet - Punt-d’Arc(Francia) con 32.000 años de historia, poder ver todo el arte en su interior incluyendo también los huesos, huellas, piedras, uno de los dibujos de 360° de un pubis femenino al cual tenemos el acceso denegado para no pisar la zona por la que ha dejado sus grandes huellas un oso. Gracias a Herzog, quien cuelga su cámara a un sostén, podremos completar esa imagen. Este nos brinda un nuevo registro de la femeneidad de la época cual Venus de Willendorf. Asi también sabemos que los leones de entonces no poseían melena (otro dato para los curiosos, en el documental hay varios)...
Evaluar a los Muppets es como hacer una crítica sobre un trozo de tu infancia o la de tus hermanos mayores, no sé, la de una época nostálgica, cuyo deseo de que vuelva es tan fuerte que se genera una gran presión, una carga extra, a la película que vas a ver. Una carga negativa en cuanto a que va a ser inigualable a lo que ya viviste, porque hay grandes figuras que no están trabajando en el equipo, voces de personajes, efervescencia y fanatismo que – aunque parezca, ya no es ni será el mismo (lamento decirlo), y por otro lado la sorpresa de lo nuevo que busca el éxito...
¿Cuán lejos se encuentra lo común de lo raro o lo raro de lo común? El nuevo cine cordobés brinda otra propuesta cinematográfica que junto a De Caravana puede finalmente verse en salas porteñas. Dos ejemplos de distribuciones problemáticas, poca oferta de salas para un cine auténtico y regional que debería contar con mayor difusión dentro de un ámbito consolidado para productos de las mayors, pero, al menos encuentra una pequeña veta de salida...
Se trata acá de una gran película del director Terrence Malick, una reconstrucción de recuerdos familiares, con momentos de cierta tensión que vacilan entre lo conflictivo y lo alegre. Un film lleno de imágenes puras, metafísicas, atemporales,que van desde lo terrenal a todo el cosmos, para mostrarnos toda la belleza e inmensidad que se esconde detrás de la palabra vida, y la trascendencia que esta puede tener - aún después de la muerte- en un universo poblado de misterio. El film comienza y termina dejándonos en el misterio. Pero esto no incomoda al espectador ya que conoce de entrada las reglas de ese mundo: un film que no pretende dar respuestas sino sumergirnos en una vida que – si bien ya no se presenta materializada porque le ha llegado la muerte – aún sigue respirando. Está presente porque esa persona estaba rodeada de vida y eso le sigue dando trascendencia y aliento, para que la muerte simplemente sea una dolorosa etapa, parte de ese amplio concepto de vida, pero que no marca el fin de nada. Vemos el misticismo que nos rodea, desde los elementos esenciales que encontramos en la naturaleza. Es una película cargada de espiritualidad, en una especie de religión personal, de conexión con el universo, que nos invita a verla en un estado meditativo y despegandonos de los prejuicios y pretensiones nos dice que no le exijamos nada, que no esperemos argumentos intrincados o personajes que avancen a traves de la acción. Acá la temporalidad del relato se ve constantemente suspendida, más bien es como si el tiempo flotara, para mostrarnos el TODO del universo, a través de espacios encadenados y un argumento que por momentos trasciende toda lógica o ley de causa y efecto. Aparece la subjetividad de la mirada, siendo muy acertados los movimientos de cámara propuestos por Malick, mostrandonos la inestabilidad existente en todo lo que nos rodea y la carencia de reglas que expresan la libertad en su estado más puro. Encontramos en todo el film la poesía de las cosas, el nuevo “cine de poesía” creo que diría Pasolini si aún estuviera entre nosotros. La elección estética para cada toma nos saca de la cotidianeidad de las imágenes y las carga de un nuevo significado. Creo que lo que intenta dejarnos Malick es un testimonio sublime de lo vital. Difícil de describir, es una película que sólo puede “vivenciarse” a través de la vista. No siempre las imágenes se pueden describir con palabras, acá la idea de Malick no se puede separar de la imagen. Se parte del dolor más grande que puede sentir una persona e invita a una búsqueda, a un viaje universal para calmar un poco ese dolor y enseñarnos que el hombre – en su vulnerable pequeñez- no podrá revelar el universo que lo rodea. Pero, como todas las cosas, es parte de este, en él está y estará por siempre.
¿La quiso tanto? La Quise Tanto es una película que no te deja tanto (valga la redundancia), no te deja ni mucho ni poco. Veamos por qué… El argumento es sencillo: un hombre llamado Pierre pasa un fin de semana con sus nietas y la perturbada madre de estas. Poco a poco vemos cómo este hombre que resulta tan paternal con la joven madre empieza a tomar valor para contarle su historia de amor, y es en aquella charla que revivirá los recuerdos más importantes de ese amor, el verdadero amor. La película, con una sinopsis como esa, tal vez abría un camino para que se desarrollaran las mil y una aventuras de los enamorados. Sin embargo, se queda con las posibilidad inconclusa. Acá el amor no enamora y el dolor no conmueve demasiado a los espectadores. El guión es la adaptación de un libro que ha recibido muy buenas críticas. Pero falla en el traspaso al cine, el argumento queda con poca fuerza. Y creo que a uno no deberían quedarle dudas de que el protagonista “la quiso tanto”. La película parece dividirse en dos films: en la primera parte es Chloe (Florence Loiret Caille) la que ocupa el centro de la atención. Luego cede ,casi por completo, su lugar a Pierre. Pierre (Daniel Auteuil) al principio del film se hace querible. Es un hombre tranquilo y desarrolla bien el papel paternal. Pero nuestro cariño irá decayendo a medida que su papel va cobrando importancia con su historia.. Si bien el film tiene un buen comienzo, es decir, con un ritmo que parece que va a ir acelerándose a medida que la trama avance. Esta es una falsa expectativa que nunca es alcanzada. El halo de misterio que nos llena de preguntas al principio del film – y que por momentos parece que convertirán la trama en un film de suspenso- es resuelto repentinamente y la obtención de las respuestas nos son dadas de la peor manera: a través de las palabras de Chloe quien repentinamente nos escupe toda la información dejándonos en claro cuál es su situación y la relación que tiene con el, hasta el momento, coprotagonista. A partir de allí nos queda claro que en todo momento parece subestimarse al espectador. Todo es lineal y transparente en el discurso de los personajes. Las imágenes sólo subrayan las palabras y a la inversa. La directora parece no haber encontrado el modo de narrar con imágenes. El protagonista dice lo que va a hacer y acto seguido lo hace. No se genera ningún tipo de intriga en el espectador. Se le da “todo cocinado”. Casi no hay acciones que hagan avanzar la trama. Por momentos existe la esperanza de que la película tome más fuerza con alguna acción, giro inesperado o aparición de algún nuevo personaje. Pero la inacción del protagonista lleva a que nunca se concrete nada y uno tiene ganas de meterse en la película y darle un empujoncito a ese “hombrecito” tan inseguro. Pero no por ser cómplices o compinches de este, sino porque en algún punto resulta irritante tener un protagonista tan pasivo, un protagonista que “no se la juega”. Lamento decir que no recuerdo ningún momento destacable en el film, tampoco encontré imágenes poéticas o diálogos sobresalientes. Sin embargo, para darle un puntito a favor, debo decir que es una película que se deja ver. Creo que el primer cuarto de hora es el más atractivo. También me parece que hay varias escenas que quedan elevadas gracias a la música ,aunque las tomas por momentos se tornen largas en un tiempo que parece dilatarse demasiado. Si bien la cinta no tiene sorpresas, una tiene la esperanza de un final con peso que corone todo el film. Pero vuelve a mí la idea de una adaptación de un libro que resulta fallida. El final sorpresa nunca llega y la esperanza se desmorona al confirmar aquel presentimiento de que “el final ya estaba escrito”.
Michel Leclerc, un guionista que apenas hace cinco años atrás se abría camino como director cinematográfico de largometrajes con J'Invente Rien, se consagra finalmente con esta comedia romántica con tintes dramáticos que nos conmueven pero sin angustiarnos demasiado con golpes bajos. El Significado del Amor es uno de esos films que podemos ver más de una vez y descubrir “ una enseñanza para la vida” con cada nueva lectura. Sí, sin caer en la cursilería, esta es la definición que se me ocurre en este momento para películas como estas que nos hacen reflexionar sobre distintas cuestiones universales y de gran importancia, tales como las historias de vida de nuestros padres y cómo repercuten estas en lo que hoy día somos. Si bien la historia de los protagonistas está marcada por ciertas particularidades, trata diversos temas que a todos nos tocan de una u otra manera: nacionalidad, guerras, religión, tabúes. Así también como el juego de opuestos conservador/ liberal, facista / comunista. Acá tenemos principalmente dos historias de vida, la de una joven – Baya Benmahmoud- que parece animarse a todo; y la de un cuarentón – Arthur Martin- al que le han enseñado a callar ciertas cosas por culpa,verguenza, dolor. A su vez estas dos historias de vida son y no les son propias, sino que “cargan” con ellas como pueden, llevan a cuestas este modo de ser como un modo de vida derivado, consecuencia de las acciones de otros, y no como fruto de una elección propia El tratamiento de esta historia resulta original desde el comienzo. No tiene tiempos muertos, a todo se le puede sacar el jugo si se tiene una mirada atenta. A nadie puede dejar indiferente porque no se trata sólo ni en lo más mínimo de una película para parejitas acarameladas o enamorados empedernidos sino que trata del amor a la familia con sus virtudes y con sus defectos (que a veces podrán resultarnos intolerantes o incomprensibles). Si bien el guión no se destaca mucho en recursos cómicos, sí lo hace en los diálogos que tiene la pareja protagonista. También cabe destacar el papel de la música apropiada para cada escena, sin necesidad de usar esta como recurso que subraye los sentimientos que no lograran transmitir los actores con su actuación. Por momentos puede molestar un poco el notar la presencia extradiegética en la elección de imágenes en blanco y negro o como película a color pero algo vieja con bastante grano, como de cámara casera. Pero tampoco producen un distanciamiento demasiado grande. En otros momentos, por ejemplo al mostrar a los protagonistas en la cama, resulta agradable e íntimo el uso de la cámara en mano para acercarnos más a la pareja y, tal vez, romper con una imagen con planos y encuadres tan estructurados. Finalmente, entre las enseñanzas que me sorprendió descubrir en este largometraje están las siguientes: que el acto sexual extramatrimonial y ejercido con mucha libertad no tiene por qué ser considerado malo ni sucio, sino que la promiscuidad también puede perseguir otros fines como alejarnos de los prejuicios, abrirnos la cabeza, transformarnos y elevarnos como personas, perseguir una causa noble. Otra enseñanza, mucho más profunda que la antes mencionada, que nos deja este film es la de rescatar las cosas buenas que muchas veces pueden estar tan cerca de lo malo que no se pueden percibir. Y me permito acá hablar de otro juego de opuestos: dolor /placer , conviviendo constantemente a lo largo de esta película como en la vida misma. Pero mostrándonos que frente a aquella situación que lo tiñe todo de dolor se encuentra ese pequeño granito de arena, que es la felicidad misma, encerrada en un pequeñísimo acto que nos recuerda para qué vale la pena estar vivo. Así es como de la mano de una niña aprendemos que frente al dolor que puede producir el recuerdo de los nazis llevándose a su padre puede optar por recordar ese día como el glorioso día en que probó por primera vez la crema chantilly. De similar modo, aprendemos de la mano de un niño que observa desde su pueblito en Argel como los soldados matan a sus parientes y elige recordar por sobre todas las cosas los dibujos que pudo hacer ese día y así descubrir su amor por la pintura. Por último nos enseña que la sabiduría no se mide en años. Por eso en el párrafo anterior tenemos la enseñanza a través de unos niños de corta edad, como por momentos tendremos la herida abierta de los adultos que no ha cicatrizado a pesar del paso de los años. Y para corrobar esto qué mejor que la película misma, en la que tenemos importantes enseñanzas en apenas 102 minutos de duración.