Estamos ante uno de los mejores Bond de la historia. Si bien el personaje se había revitalizado con la llegada de Daniel Craig a la saga, en esta su tercera incursión en el universo de 007, lo encuentra más maduro, recio, implacable...
Además la historia vuelve a las fuentes, haciendo gala de un sinfín de persecuciones, combates cuerpo a cuerpo, intriga, bellas mujeres, glamour y humor ultra British. Y como si esto no fuera suficiente, los rubros técnicos son impecables: una fotografía virtuosa de mucho contraste, gran dirección de sonido y la puesta en escena eficaz de Sam Mendes, un realizador que ha sabido hacer valer sus pergaminos de "gran director de actores"
El tema de apertura a cargo de Adele, con bases en las clásicas oberturas de la serie, es un punto más a favor de esta cinta adrenalitica, que cautiva y no da respiro. Larga vida a James Bond!