James Bond cumple 50 años a toda superacción
Para festejar sus 50 años, «Skyfall» empieza con la muerte de James Bond. Peleando con un criminal en el techo de un tren que está pasando un puente a gran altura sobre una cascada, 007 recibe un disparo ordenado por la propia M a pesar de que el blanco no estaba claro. En todo caso, la secuencia inicial de «Skyfall» es formidable y obviamente todo el mundo sabe que no hay manera de que Bond vaya a morir en ninguna de sus películas (para el caso, ya estaba «Solo se vive dos veces»).
La nueva entrega de la franquicia plantea ya desde el principio un tono distinto a las películas anteriores protagonizadas por Daniel Craig. Y esa escena inicial a toda superacción parece diseñada para superar los contundentes prólogos de los 22 títulos previos.
Pudiendo disfrutar de una amable existencia post mortem, Bond se vuelve a reportar al servicio secreto cuando se entera de que el edificio del MI6 ha sido blanco de un atentado terrorista. «Skyfall» le da un papel muy importante a Judi Dench (M) y, como nunca en la saga, el guión se preocupa por explicar que Bond es un agente del servicio de inteligencia británico, es decir el MI6, que ahora está obligado a interactuar con un sistema democrático (el espectador se podría preguntar cómo era todo antes, pero tal vez eso sería hilar muy fino).
Los mejores momentos coherentes con la saga tienen lugar en Shanghai, con una antológica fotografía de Roger Deakins y una de esas escenas en casinos que desde siempre han servido para explicar al personaje. Las escenas chinas también permiten el lucimiento de un gran archivillano: el demente Javier Bardem brilla sobre todo cuando aparece como un todopoderoso genio del mal que hasta consigue imprimirle una clara tensión homoerótica a su sádico juego con Bond.
Pero las escenas clave del film, como pocas veces, transcurren en el Reino Unido. Si bien esto tiene que ver con el énfasis en el homenaje al medio siglo de películas de 007, aportando detalles atractivos obviamente relacionados con los títulos clásicos de la franquicia, también termina derivando en un delirante desenlace, que no sólo se atreve a revelar algunos misterios biográficos del agente con licencia para matar, incluyendo a un carismático mayordomo escocés interpretado por Albert Finney, sino que también se ocupa de poner un poco de orden mirando hacia el futuro de la franquicia, con un nuevo «Q» y hasta una nueva Miss Moneypenny.
Bardem es un memorable villano, la película esta repleta de escenas de acción impactantes (que deben lucir aún mejor en la versión IMAX) y de guiños vintage dedicados a los fans de 007. Además, la secuencia de títulos ultrapsicodélica con un tema de Adele realmente está a la altura de la circunstancias. «Skyfall» se disfruta por todos estos elementos, a pesar de que se hace demasiado larga, dado que con 143 minutos es una de las más extensas de la serie, pero sobre todo, debido a que sólo en contadas ocasiones el director Sam Mendes logra generar verdadera tensión o suspenso.