En esta ocasión, James Bond investiga un mensaje que Q le deja luego de su muerte, y se encuentra con una organización secreta llamada SPECTRE, que también tiene misteriosos vínculos con su pasado. Mientras tanto, en Londres, M tiene problemas para mantener el proyecto de los agentes 00, y debe liberar una batalla política para mantener y probar su vigencia en el mundo de hoy.
Luego de una de las mejores películas de la saga, Sam Mendes volvía a ponerse al mando del timón 007. Él mismo había puesto la vara muy alta e iba a ser difícil igualar o superar la genialidad de Bond 23, o más conocida como Skyfall. Sinceramente tenía muchas ganas de que la saga siga un par de entregas más con Daniel Craig. Él era un agente diferente, más serio y apegado al realismo (estilo que dejó asentado el Batman de Nolan), sin tantos chiches, pero bastante diferenciable de los Bond de Brosnan y Connery. Sin embargo SPECTRE me deja con una sinsabor en la boca, de haber visto un Bond aguado, deslucido, un punto medio que no funciona para el agente 007. No sólo el personaje -y no es culpa de Craig- sino toda la película. Las escenas de acción son aburridas y monótonas y no deslumbran como suelen hacerlo, los personajes son unidimensionales y previsibles (¡teniendo a grandes actores como Ralph Fiennes, Lea Seydoux!), y el villano, interpretado por Christoph Waltz, puede llegar a ser uno de los menos llamativos de la larga existencia del señor Bond.
De vuelta con Sam Mendes. Este gran director que tiene claro el oficio, habiéndonos dejado sendas películas como American Beauty o Road To Perdition. Sin embargo en esta película parece embobado, tal vez demasiado enfocado en mostrarnos un pasado de Bond, sentimientos, infancias, y conexiones que sirven como accesorio para mover la trama pero que se van desdibujando mientras transcurre la película. No sólo eso, sino que las grandes y llamativas locaciones, las escenas de peleas y persecuciones quedan como excusa para tapar las fallas de la trama y los acontecimientos totalmente inverosímiles que dejan mucho que desear de esta dupla Mendes/ Craig.
Hay un aspecto que cabe destacar y es la idea de que todas las películas de este Bond (Craig) están interconectadas. Como me dijo el gran Flecha Lástrico: “Es como una serie de televisión y SPECTRE es el último episodio”. Todos las películas convergen en esta última entrega, como cerrando un capítulo, una era, una idea.
Puntaje: 6 – Queda la sensación de que este Bond no tiene un rumbo claro, y que tal vez para recuperarlo tendríamos que volver a los gadgets, a las chicas Bond, a las armas y a las explosiones.