Hace apenas unas horas que salí de ver Escuadrón Suicida de David Ayer, y todavía tengo las imagenes dando vuelta en mi cabeza; los colores neón, las explosiones, y este grupo de villanos sin sentido que, al final de la película, tiene un poco de sentido. Me parece justo decir que, luego de leer las malas críticas, me esperaba un total desastre. Fuí con las expectativas realmente bajas y tal vez por eso la película gustó. Me divertí. No me voló la cabeza, ni salí viendo el mundo de otra manera. Claramente, no es la película con la que Warner y DC querían deslumbrar al público, pero luego de las pésimas críticas de Batman V Superman, le cayó toda la presión y tuvieron que salir a vender la película como si fuera lo mejor que nos iba a pasar en nuestras vidas. Gran error por parte de Warner, ya que el público no es tonto, y al momento de ver la película, te das cuenta de que te vendieron algo que no era. Tampoco está tan lejos de lo que vimos en el trailer con Bohemian Rhapsody (lo pueden ver abajo), pero es diferente. La película no es para nada mala. Para mi sorpresa, encontré muchas cosas interesantes como la dinámica del grupo, las interpretaciones de los actores que encajan muy bien en sus personajes, y algunos momentos divertidos. La premisa de la historia es interesante. En un momento el personaje Amanda -hija de perra- Waller (Viola Davis) dice "tuvimos suerte con este Superman, ya que compartía nuestros mismos valores, pero ¿y si el próximo comparte los valores de otros? Necesitamos formar un equipo de metahumanos". Y es así como el gobierno de los Estados Unidos decide crear un grupo de unos tipos malvados con grandes habilidades y nada que perder: Deadshot, Harley Quinn, Katana, Rick Flagg, Boomerang, Diablo, Killer Croc, Enchantress y Slipknot. Y ¿qué podemos decir de los dos personajes de los que se habló tanto previamente a la película? Estoy hablando de Harley Quinn y El Guasón, interpretados por Margot Robbie y Jared Leto. Harley Quinn juega constantemente con la belleza de la actriz, y con la locura y picardía del personaje, pero algunos momentos de comedia se ven un poco forzados y tal vez quedan un poco colgados en el relato, sin embargo es un personaje que gusta -no termina de cerrar- pero gusta. Y el Guasón... ¿qué podemos decir? Sinceramente lo que se puede ver en la película es muy poco y estamos de acuerdo con Leto que estaría buenísimo ver todas las escenas que no incluyeron. No sería justo dar un veredicto, pero si me ponen una pistola en la cabeza, diría que aprueba con los justo. Juntos hacen una linda pareja, me quedé con las ganas de ver más, mucho más. Eso es algo bueno ¿o no? El villano es un villano raro. Como casi todo en la película está bien, pero se siente raro, particular, como si no terminara de encajar del todo. June Moone (Cara Delevingne) es una mujer que al decir las palabras Enchantress se convierte en una bruja con poderes de teletransportación y magia. Moone pierde el control de este ser y, tras reencontrarse con su hermano, intentan construir una máquina para destruir a los humanos. Flojo, y no culpo a Cara, sino tal vez a una profundidad del personaje que es media absurda. El resto del escuadrón son meros personajes secundarios, que tienen ciertos momentos, pero que en realidad rellenan espacios entre las conversaciones de Flagg, Deadshot y Harley Quinn. Hubiera estado bueno un mejor equilibrio entre los personajes, pero ¿como le decís al ejecutivo de Warner que le vas a quitar 5 minutos de tiempo de pantalla a Will Smith para poner la intro de Slipnot? (sí, no tiene introducción y SPOILER ALERT: muere a los minutos de aparecer en pantalla). Las apariciones de Batman fueron... raras (sí, aparece Batman en varias escenas, buju... no es spoiler si aparece en los trailers). Quiero decir, a mi me gustó mucho el caballero de la noche de Ben Affleck en Batman V Superman, pero acá aparece unos segundos luchando contra Deadshot y rescatando a Harley Quinn, y pienso "no podés tener a Batman y hacerlo que aparezca dos segundos... este tipo necesita más pantalla". Sinceramente, hubiera preferido ver un cameo de dos segundos y que solo le veamos el rostro a Ben una vez como para decir "¡Es él!", en vez de que aparezca en varias escenas como personaje de relleno. ¡Es Batman! ¡Batman no es personaje secundario de nadie! Al final de la película, el Escuadrón Suicida termina siendo un equipo, una especie de "todos para uno y uno para todos" pero que, como la excusa de Batman V Superman de "como nuestra madres se llaman igual, no peleamos más", se siente un poco forzado. La musicalización me gustó. Ya había escuchado antes la banda sonora, pero leí en varios lados que muchos críticos pensaron que era una mezcla pop de relleno, pero en realidad va bien de la mano de la estética que intentó conseguir el director. Desde Purple Lamborghini de Skrillex hasta Heathens de Twenty One Pilots, las canciones están correctamente elegidas y le dan punch a algunas escenas que lo necesitan. Despues de todo ¿la música no está para eso? Puntaje: 6.5 - Se quiso hacer algo diferente que las películas de superhéroes que veníamos viendo, y hay que darle la derecha a Ayer porque lo logró. ¿El resultado fue totalmente satisfactorio? No, pero es una película entretenida que divierte en sus dos horas de duración.
El actor/ director italiano, Sergio Castellitto, nos trae esta triste historia de pasión y erotismo. La película gira en torno a Gaetano y Delia, una pareja separada. Una noche ambos se juntan a cenar para organizar las vacaciones de sus hijos y, tal vez, recomponer su amor. En la cena, ambos comparten reproches y diferentes puntos de vista sobre situaciones vividas en pareja: el comienzo, los encuentros, desencuentros, ilusiones y los fracasos que los han empujado al lugar donde se encuentran ahora. Con muy buenas actuaciones de los protagonistas, Riccardo Scamarcio y Jasmine Trinca, este drama, basado en un bestseller italiano de Margaret Mazzantini, transcurre con fluidez y logramos explorar muchas de las facetas de los personajes. El desarrollo, la maduración y los resultados de las acciones de los personajes está muy bien reflejados y explorados en la historia. ¿Qué es el amor? ¿qué es la pareja? ¿quién es el otro para uno mismo? ¿quién es quién en la relación? Esas son las preguntas que intenta responder el relato de esa historia. Sin embargo, es dificil empatizar con los personajes. Son sólo seres egoístas que desatan sus frustraciones amorosas y profesionales contra el otro, o con los que los rodean. Los personajes que se sienten tan completos por un lado, aparecen irreconocibles en otros, con reacciones absurdas e irreales. Y, si bien en la superficie la película parece bastante bien acabada, el relato está lleno de clichés, y la falta de una subtrama amplifica ciertas intenciones del director, que deberían pasar desapercibidas por el espectador. Nessuno si salva da solo tiene un equilibrio muy fino entre sus aciertos y desaciertos, y seguro dejará una huella clara en el espectador, pero se destaca la crítica que le hace a las relaciones modernas, de una nueva generación. Puntaje: 6.5
Hardcore: misión extrema es una película contada en primera persona desde el punto de vista de un hombre que no recuerda nada, básicamente porque estuvo a punto de morir. Lo despierta su esposa, Estelle (Haley Bennett), y le dice que su nombre es Henry. Minutos más tarde, invaden el laboratorio y ambos se encuentran escapando de un grupo de soldados y su temible líder, Akan (Danila Kozlovsky). Entre idas y vueltas, Estelle es capturada y Henry se encuentra con Jimmy (Sharlto Copley), un hombre que alguna vez trabajó para Akan, pero que ahora quiere ayudar a Henry a recuperar a su novia y cobrar venganza. Hardcore: misión extrema es un buen experimento cinematográfico. Después del éxito del corto que se hizo viral hace unos años en YouTube, se caía de maduro que esta adaptación iba a suceder. Pero que sea un buen experimento, no significa que sea una buena película. Para empezar, no tiene historia. O si la tiene, pero es muy básica, lineal. No hay altibajos. La película son 1 hr 30 de pura acción, sin detenerse, y muchas veces sin sentido. No es divertido, cansa la vista, y cansa la paciencia del espectador. Pero lo que más me decepcionó fue que no encontré una escena o secuencia de acción con la misma potencia visual e intensidad que la que tiene el corto original.
“La puta… que peliculón” fueron las palabras que salieron de mi boca cuando pasaban los créditos. Impecable. Primero que nada, perdón por esa introducción, pero sinceramente fue lo que sentí cuando terminó esta película. Fue esa sensación que uno siente en contadas ocasiones, con ciertas películas en la vida. Una chica regresa a casa sola de noche es un thriller vampírico-romántico que llegó al BAFICI 2015, que finalmente hace su estreno en salas comerciales en Argentina. La historia sucede en la ciudad imaginaria iraní llamada “Bad City”, un lugar sin vida en donde los valores básicos humanos han desaparecido y lo que reina es el dinero, la corrupción, las drogas, la misoginia, y el petróleo. Él (Arash Marandi), un joven honesto que busca ganarse la vida, manteniendo y cuidando a su padre drogadicto (Marshall Manesh). Y ella (Sheila Vand), una vampira moderna que deambula por las calles buscando presas, pero no sólo por el hecho de alimentarse, sino para proteger a aquellos que lo necesiten. La impecable fotografía en blanco y negro es uno de los aspectos fundamentales de esta película, ya que crea el oscuro ambiente que rodea y moldea a nuestros personajes y nos entrega unas tomas deslumbrantes. Muchas veces consigue ese efecto de comic que logra Sin City, pero sin llegar a tales extremos, como si fuera un sueño (o tal vez una pesadilla). El gran trabajo de cámara se mezcla con una banda sonora moderna, momentos de erotismo, romance y belleza que muestran el talento y el sentimiento de la directora Ana Lily Amirpour. Los estereotipos están ahí -la prostituta que quiere más de la vida, el vendedor de drogas arrogante, el padre que desvaloriza a su hijo, la chica rica- pero están tan bien construidos en esta historia tan particular, con diálogos minimalistas, que se mezclan y fluyen en el relato. También tenemos muchos de los aspectos -a modo de homenaje- del cine de los años 50, como el protagonista que es un claro James Dean, con su auto clásico, y el pueblo inspirado en los spaghetti westerns. Esta conjunción de géneros, estilos, personajes esperemos sea un deleite para los amantes del cine tanto como lo fué para mí. Pero el aspecto más poderoso de la película es el personaje de la vampiro. Esta yuxtaposición de dos elementos tan opuestos como lo son el chador (el elemento que le cubre la cabeza y el cuerpo a las mujeres en los países de medio oriente) usado como capa de drácula, crea esa mezcla de opresión y dominación, y hace al personaje poderoso y misterioso a la vez. La actriz Sheila Vand tiene una belleza simple pero deslumbrante, y el personaje siempre muestra una curiosidad por las personas y las acciones que la rodean. Puntaje: 10 – Un clásico del cine moderno.
¿Qué pasó después de ganar el Oscar, Adrien? La vida del psicólogo Peter Bower (Adrien Brody) se convierte en un remolino de sensaciones cuando descubre un raro secreto sobre sus pacientes. Arriesgando su propia cordura, Peter regresa al pueblo de su infancia para enfrentar a su pasado y descubrir un secreto que sólo él puede corregir. No hay mucho que decir de esta película que valga la pena. La ví sólo por el respeto que le tengo a Adrien Brody por haber hecho El Pianista, que me parece que es una de las grandes películas de la década del 2000, y por Sam Neill (Jurassic Park), pero lamentablemente la película falla en todo. No hay nada bien, no hay nada destacable. El personaje de Brody está sobreactuado, la historia es muy mala, los efectos especiales son muy mediocres. La estructura del guión es mala; la presentación de los acontecimientos es confusa, los hechos son inverosímiles, va al susto fácil (que mientras van pasando los minutos funcionan menos y menos), y los diálogos nunca deberían haber salido de la cabeza del guionista. E imagino que usted lector, amante del cine de terror debe estar pensando “Es una película de terror ¿que verosimilitud está esperando?”. Exacto. Yo también soy amante del cine de terror, y sé qué esperar de una película de este tipo. Uno va predispuesto a ver ciertas cosas en ciertos géneros, y yo en particular disfruto de las Viernes 13, de las La noche del demonio, y otras de los subgéneros de terror. Pero hay un límite para todo y esta película pasa todas las barreras por las razones equivocadas. Puntaje: 3 – No vale la pena gastar ni dinero ni tiempo en esta película. Lean un libro de Stephen King en todo caso, que nunca falla.
La multipremiada película austríaca llega a las pantallas locales con un cine de terror diferente, y que más terrorífico que dos mellizos y su madre en una casa en medio de la nada. En la soledad de una gran casa en el medio de la nada, entre el bosque y un sembradío de maíz, viven dos hermanos mellizos de nueve años quienes esperan que su madre regrese. Cuando ella lo hace, con el rostro cubierto por vendajes médicos por una cirugía plástica, nada vuelve a ser como antes. Los chicos empiezan a dudar de si esta persona es su verdadera madre, y ahí comenzará un verdadero desafío para encontrar la verdadera confianza e identidad.
Al salir de la sala de cine, no pude evitar sentirme muy decepcionado por la película dirigida por Sebastián Borensztein. No encontré una cosa mal con esta película, sino varias: lenta, aburrida, con historia simple e inverosímil, y personajes sobreactuados y muy mal armados. La película, ambientada en la época de la dictadura, nos cuenta la historia de Tomás Koblik, un piloto militar que tras desobedecer una orden en un vuelo de la muerte, se convierte en un fugitivo para sobrevivir la persecución de los mismos militares. Koblik decide esconderse en un pequeño pueblo en medio de la nada, donde se cruza con un corrupto comisario que no se detendrá hasta conocer más sobre el oscuro pasado del protagonista. El elenco está integrado por Ricardo Darín, Oscar Martínez e Inma Cuesta. Debo admitir que una de las cosas que más me molestó de esta película fue la dictadura como excusa, como golpe bajo para llevar gente al cine. El problema acá, es que la película no ahonda lo suficiente en este tema como para justificar la elección. El personaje podría fácilmente estar escapando de cualquier cosa de su pasado, de cualquier otra equivocación u otro problema. No se sintieron conexiones reales con el relato ni hilos conductores argumentales sinceros para convencer al espectador. Siento que esto ya lo vi. Si la película ocurriese en Estados Unidos, el protagonista sería un ex-marine con un pasado oscuro en Afganistán y estaría escapando de la CIA o del FBI. No es nuevo ni innovador, sino aburrido y viejo. Ricardo Darín sigue actuando como Ricardo Darín, un personaje del cual es preso y hace años no puede despegarse de él. Como Francella logró romper con su figura cómica, nunca es tarde para Darín para arriesgarse con sus personajes, empezando a elegir papeles que lo hagan salir de su zona de confort. Oscar Martínez es el único que por momentos sorprende, pero el personaje es tan mediocre que todo lo que construye el actor se cae por la historia y el guión. Pudiendo aprovechar los hermosos paisajes rurales argentinos, la fotografía se siente más una copia de la fotografía, un “intendo de” en vez de crear algo nuevo. Este vez, la dupla Borenstein-Darín no tomó vuelo. Puntaje: 5 – La película no aporta nada, pero entre tanta producción mediocre del cine argentino, esta pelicula “zafa”.
La película se centra en Michelle (Mary Elizabeth Winstead), una joven que, escapando de las complicaciones de su vida y su pareja, se ve involucrada en un accidente. Cuando se despierta, se encuentra esposada a una cañería en un búnker subterráneo, atrapada con un hombre (John Goodman) que le revela que ha habido una catástrofe nuclear, y que deben quedarse encerrados por un largo tiempo. Bastante superior que su predecesora, la película es un contained-thriller de suspenso y tensión que duran desde el comienzo hasta el final. En ningún momento se detiene, en ningún momento baja el ritmo. El tiempo vuela en la 1 hr 45 min de duración, y eso que el 90% de la acción sucede en el bunker. La historia es pequeña y simple, pero con muchas vueltas de tuerca inteligentes, intriga y tensión, que te dejan pidiendo por más. La actuación de John Goodman es impecable. Digo, ya lo conocemos por películas como Argo, The Big Lebowski, El Artista, Trumbo y muchas más, pero acá es el responsable de crear la tensión… él es la tensión, el miedo, la pesadilla. Mary Elizabeth Winstead no desentona, pero nos presenta una interpretación y personaje ya conocidos: la indefensa chica que se encuentra en una situación complicada, que utiliza sus encantos para engatusar a su captor. El final es lo único que me desconcierta y queda un poco descolgado del resto, aunque por otro lado tiene todo el sentido del mundo si la consideramos como la herman menor de Cloverfield. Puede sonar confuso, pero no quiero ahondar mucho para no spoilear a las personas que no la hayan visto. Puntaje: 8 – Una continua tensión que te mantendrá al borde de tu asiento de principio a fin.
En primera plana nos cuenta la historia real de como un grupo de tenaces periodistas del Boston Globe descubrieron un gigantesco escándalo de abuso de menores y encubrimiento de la arquidiócesis católica, sacudiendo hasta los cimientos de la iglesia católica. La película es un drama elevado por grandes actuaciones (Ruffalo, Keaton, McAdams, Slattery y Tucci), cumpliendo apenas con las expectativas de contar una fuerte historia real de cómo el buen periodismo investigativo puede generar grandes repercusiones en el mundo. Sin una gran fotografía y sin puntos fuertes en un relato predecible, la historia se mantiene en una monotonía visual que va desde principio a fin. Nos presentan este gran enemigo poderoso que es la iglesia católica, pero en ningún momento vemos ese poder de ocultar la verdad a todo costo (la describen como si fuera una especie de mafia), sino débiles intentos de disuadir a los periodistas de que sigan ocultando la verdad. No defiendo a la iglesia (el gran villano en la vida real y también seguro una mafia), sino que en la película no logró mostrar eso. Debo aceptar que esta historia no es nuevo para mí, ya que hace unos años había visto el documental Deliver Us From Evil (Liberanos del mal) de 2006, que trata sobre el padre Oliver O’Grady, que fue re-localizado varias veces en los 70s en un intento de la iglesia católica de ocultar sus abusos a menores. Oscura y repugnante por el hecho de que saber que ese tipo camina libre en algún lado de Irlanda, la recomiendo ampliamente, pero habla del mismo tema escalofriante que En primera plana. Me sorprende mucho que esta película esté nominada al Oscar, pero no sería la primera ni la última vez que la Academia o yo cometemos errores. Puntaje: 6
Basada en la novela de Patricia Highsmith, El Precio de la Sal de 1952, Carol nos cuenta la historia de dos mujeres provenientes de clases sociales diferentes que, a pesar de las convenciones sociales de la época, se encuentran envueltas un amorío en el Nueva York de 1950. La joven Therese Belivet (Rooney Mara) trabaja en una tienda departamental en Manhattan cuando conoce a Carol (Cate Blanchett), una mujer adinerada atrapada en un matrimonio sin amor. Inmediatamente surge una chispa entre ellas, y luego de varios encuentros, aflora la pasión. Esta película dirigida por Todd Haynes nos habla del clásico dilema del amor prohibido, de una relación homosexual que va en contra de lo considerado “normal” por la sociedad norteamericana de los años 50. Sin embargo, el problema principal de la película es que no se termina de consolidar la conexión emocional entre las dos protagonistas. La historia no logra convencerte para que te preocupes por los personajes o por sus destinos. Las imágenes y escenas son las mismas que hemos visto una y otra vez en las películas de este tipo; se sienten viejas y repetidas. Tal vez esto es porque está basada en un libro de 1952 sobre un romance lésbico. Me imagino que en la época causó mucho revuelo, sin embargo ahora parece una historia más del montón, contada de una forma lenta, apagada y distante. Más que intentar explorar los sentimientos y motivaciones de los personajes, Haynes parece que sólo le interesaba los detalles visuales de esta historia. Blanchett y Mara están bien, no más que eso. Con sendas actrices, los personajes podrían llegar a ser interesantes si no estuvieran atrapados en esta película. Los puntos altos son el diseño de producción, con los vestuarios y escenarios recreando el Estados Unidos de los años 5o’, y una destacable cinematografía. Puntaje: 6 – Hay muchos cosas bonitas en esta película, pero se deshacen en una historia tibia y sin conexiones reales.