La acción salva a la nueva aventura de 007
La última película de 007 empieza con un pintoresco prólogo mexicano durante el Día de los Muertos: Bond deja una chica esperándolo en la cama y caminando por cornisas se dedica a liquidar a un enigmático villano, tarea que implica hacer explotar un par de edificios y que sigue con una furibunda persecución entre la multitud disfrazada de esqueletos más una temible pelea en un helicóptero.
Luego, igual o más que en la anterior "Operación Skyfall", la trama se pierde en los conflictos de la nueva organización de los servicios de inteligencia británicos que están por dar de baja a todos los agentes doble cero. Ralph Fiennes, el nuevo M, debe seguir compitiendo con la ex M, Judi Dench, que desde la tumba le pide a Bond una nueva tarea, que partiendo desde un funeral en Roma lo lleva a infiltrarse en la tenebrosa organización de archicriminales Spectre, liderada por un verborrágico Christoph Waltz.
Cuando empezó en el 2006 la nueva parte de la franquicia protagonizada por Daniel Craig con la excelente "Casino Royale", había un cambio hacia una violencia y una crueldad más serias que realmente renovaba la serie, pero ahora esa seriedad se volvió un poco pretenciosa y da la sensación de que las escenas filmadas por el director Sam Mendes no encajan demasiado bien con las escenas de acción filmadas por el equipo de segunda unidad. Asi es como "Spectre" levanta vuelo cada vez que las cosas explotan en los tiroteos y persecuciones, pero se estanca cuando se limitana mostrar paisajes de Marruecos o a insistir con revelar innecesarios secretos biográficos del agente con licencia para matar.
Entre los mejores momentos hay una crudísima pelea en un tren (que de todos modos recuerda bastante a la de "De Rusia con Amor") y un encuentro erótico con Monica Bellucci. También hay un divertido, quizá por poco serio, enfrentamiento con Waltz, que está determinado a clavarle sofisticadas agujas en la cabeza a Bond y hacerle algún tipo de lobotomía.
La excesiva duración de 148 minutos realmente no ayuda, aunque la fotografía es excelente y las variaciones del famoso tema de Bond a cargo del músico Thomas Newman incluyen momentos notables. El clip psicodélico de títulos probablemente sea el más flojo desde el comienzo de esta serie en 1962.