La película número 24 de la saga coloca nuevamente la acción, el despliegue visual en escenarios internacionales y la intriga en primer plano. Elegancia, sofisticación y villanos "retro" reaparecen de la mano de Daniel Craig.
Y llegó la película número 24 de la saga Bond, una marca registrada dentro del mundo cinematográfico del espionaje. Con gran despliegue de escenarios, la acción salta desde México con la celebración del Día de los muertos -filmada en un impactante plano secuencia- pasando por Londres, Roma, Tokyo, Austria y hasta Tanger.
La nueva aventura del agente 007 gira alrededor de un mensaje críptico que trae el pasado de Bond -Daniel Craig quizás en su última intervención en la serie después de cuatro pelìculas- y lo coloca en pista para descubrir a la siniestra organización que da título al film. El Servicio Secreto corre peligro y el mismo Bond es suspendido de sus actividades por el nuevo líder M -Ralph Fiennes- tras la muerte del personaje encarnado por Judi Dench en la entrega anterior, mientras los tentáculos de Spectre se sacuden rápidamente hacia diferentes direcciones y actúan a nivel global.
El villano de turno, Oberhauser, encarnado por Christoph Waltz resulta una vuelta a los malvados más clásicos del cine y somete al protagonista a siniestras torturas. Está secundado, claro está, por su ejército de secuaces, como Mr Hinx, el papel jugado por el ex luchador de la WWE, Dave Bautista -Guardianes de la Galaxia-, un gigante que recuerda al papel de "Mandíbula" de Richard Kiel en Moonraker y La espía que me amó.
El costado femenino pisa fuerte en esta aventura: Monica Belucci aparece como la seductora y misteriosa Lucia Sciarra en un papel corto pero contundente y la fría Lea Seydoux, en el rol de Madeleine Swann, es la nueva adquisición del agente para vivir el vértigo y la aventura.
Agentes asesinados, derrumbes de edificios, persecuciones en autos, lanchas, aviones, trenes y helicópteros -no falta nada, muy del estilo de los filmes iniciales-, el relato de Sam Mendes también aprovecha los resortes del laberíntico guión escrito por el mismo equipo de Operación Skyfall -John Logan, Neal Purvis y Robert Wade- y las conexiones con las historias anteriores, pero nunca olvida el clima que se concentra en la pantalla gracias a una trama eficaz que trae entretenimiento a gran escala en sus dos horas y media de duración.
Párrafo aparte para la presentación de los títulos, siguiendo la tradición del videoclip, con la canción interpretada por Sam Smith, "Writing's On The Wall", en una suerte de collage policromático donde los tentáculos atrapan cuerpos y enroscan armas en un logrado juego de edición que también seduce como la misma máscara de la muerte.