Luego de las cifras récords obtenidas con Skyfall (2012), el agente 007 está de regreso. Otra vez bajo la dirección de Sam Mendes, el actor Daniel Craig vuelve a ponerse el traje del agente secreto más importante de la historia del cine en Spectre (2015), el capítulo número 24 de la saga cinematográfica.
Durante esta nueva misión, James Bond se enfrentará con un oscuro misterio de su pasado que lo pondrá bajo la mira de una organización siniestra, Spectre. Siguiendo su sello personal de manejarse de forma independiente a los mandatos del M16, Bond viaja a México siguiendo las pistas de un mensaje que lo pondrá "cara a cara" con su nuevo villano de turno, el siniestro y misterioso Franz Oberhauser, interpretado por Christoph Waltz.
Pero no todo es trabajo sucio en la vida de nuestro adorado 007. También sabrá hacerse un lugar en su abultada agenda para concretar algunos encuentros amorosos con Monica Bellucci, que interpreta a Lucia Sciarra -la mujer de un miembro de la criminal organización- y sobre todo con Léa Seydoux, que se pone en la piel de la seductora Madeleine Swann, la nueva chica Bond.
Un festín para pocos
Este nuevo capítulo de la saga nos deja gusto a poco. Aunque dure más de dos horas y media, no logra terminar de enganchar del todo al espectador. Por momentos vibra con partes correctas y entretenidas, de una fluidez narrativa intensa -sobre todo por un arranque de quince minutos que son lo mejor de la película-, pero también transita etapas irregulares que aburren.
Igualmente, si uno lo piensa en su totalidad, la película sale airosa. Los motivos son varios: la cantidad de buenos momentos de acción, sumado a las hermosas locaciones -por México, Italia, Londres y Austria-, el deleite visual y, sobre todo, la excelente decisión de lograr atar algunos "cabos sueltos" que los fanáticos de la franquicia podrán disfrutar a costa de los recién iniciados.
El bueno y el malo
Aunque aún no está confirmado, Daniel Craig se estaría despidiendo de un personaje con el que filmó un total de cuatro películas: Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012) y Spectre (2015). El actor supo interpretar a un Bond frió, seco, imperturbable, siendo el que más se asemeja al personaje original creado para la saga literaria de Ian Fleming, algo que no se veía desde los tiempos de Sean Connery. Ahora, el actor vuelve a demostrar toda su versatilidad, cumpliendo con los requisitos físicos y con una interpretación insensible y oscura. Por todo esto Craig es al que mejor le calza el traje del agente 007.
Pero si hay algo que caracteriza a esta franquicia es "el malo de la película". Sin un villano de peso el producto pierde uno de sus mejores recursos. En Spectre, el malvado brilla por su ausencia. Christoph Waltz interpreta a un Franz Oberhauser que queda reducido a un simple ostentoso delirante millonario ávido de poder. No se puede entender la falta de eficacia para resolver ciertos tramos de un vinculo personal con el protagonista que por momentos parece estirarse hasta el hartazgo, perdiendo el estilo y la elegancia.
Quizás a Spectre le haya sucedido lo mismo que a Quantum of Solace. Ambas películas llegaban cargadas de tanta expectativas que les terminó jugando en contra. Sea como sea, la verdad es que toda esta reinvención de Bond le permitió a Hollywood generar ganancias nunca vistas en el medio siglo de historia. Cada nueva historia estrenada es más cara, pero también supera en ingresos a la anterior.
Evidentemente, y de esto no hay dudas, la necesidad imperiosa del mercado por capitalizar a cualquier costo, apresurando estrenos o sintetizando grandes ideas, le puede jugar una mala pasada hasta a una franquicia con más de cincuenta años de historia.