Un Bond menos, que pase el que sigue
Siempre las “Chicas Bond”, secuencias en autos; helicópteros; aviones y trenes, una alta cuota de facilismo para salir de situaciones intrincadas, pero todo con mucho estilo. Estos condimentos fueron, son y serán los básicos que todo director de la franquicia del agente “doble 0 7” debe incluir en el martini doble seco para crear una nueva entrega. Sam Mendes (Belleza Americana -1999-, Operación Skyfall -2012-), en su retorno a la franquicia, vuelve a luchar007 1 contra todo este orden preestablecido y, por momentos, a diferencia de Skyfall, esta película se vuelve caos.
No es ninguna tarea fácil diagramar una nueva historia del agente secreto más conocido de Gran Bretaña, sobre todo teniendo en cuenta que es la entrega número 24. Las secuencias de acción son las escenas que más favorecidas se vieron con el paso del tiempo -la queja en una película de Bond nunca vendrá por ese lado-, la mayor presión se encuentra en: dominar al personaje James, cosa que Daniel Craig ya hace con naturalidad y los villanos, he aquí en donde Sam Mendes peca de superficial.
Christoph Waltz (Bastardos sin gloria -2009- , Django Unchained -2012-) encarna al maligno cabeza maestra de una organización internacional, que logra infiltrar gente dentro de MI6 -cuartel general de la inteligencia británica- y desde allí pretenden cancelar el proyecto de 0073agentes secretos y lograr la clásica dominación mundial, bien al estilo Doctor Evil en Austin Powers, International man of Mystery -1997-. El carisma del austríaco-alemán, fetiche de Quentin Tarantino, está intacto, pero el guión no acompaña. Dave Bautista (Drax en Guardianes de la galaxia -2014-) es el matón de turno y co protagonista de muy buenas peleas mano a mano contra 007. El problema es que en la mezcla final del largometraje, tanto el latino musculoso como la voluptuosa -ya MILF- Mónica Bellucci, quedan como participaciones efímeras -hasta válido como un simple cameo-.
Si la ficha técnica no hizo sonar ninguna alarma, para ello está el cuerpo del texto: la película es Apta para Todo Público, raro en la franquicia Bond, esto implica escenas de violencia muy lavadas y los clásicos encuentros sexuales de Bond pasando con sus señoritas reducido a dos pasajes fugaces sin la menor chispa.
Otro aspecto central de una película Bond es la chica. En esta vigésimo cuarta edición, la chance fue para la bombona francesa Léa Seydoux (novia de Adele en La vida de Adele -2013-), sus rasgos tan particulares siempre resaltan en pantalla pero, al igual que con Christoph Waltz, lo que empaña el rol es la falta de dimensiones de su personaje. La relación con el agente secreto -que también por fórmula siempre debe arrancar en odio para lograr llegar al amor salvaje y pasional-007 5 llega en términos forzados, dicho pasaje del odio al amor tuvo tal vez demasiados atajos, además de la diferencia de edades entre Craig y Seydoux hacen que Bond parezca un tanto “robacunas” -por no decir pedófilo-, siendo que ya da más para papá que amante. ¿Cuánto mejor hubiese sido si los productores se hubiesen puesto los pantalones y la Chica Bond hubiese sido la cincuentona potra de Mónica Bellucci?
En líneas generales, Spectre -2015- logra la mixtura de una película James Bond, pero queda muy por debajo de su predecesora Operación Skyfall -2012-. Daniel Craig redondea una tetralogía más que correcta y sólo restará esperar por el nuevo ¿James Bond negro?