La coproducción Española - Argentina suma un gran elenco a una trama ya abordada magistralmente por grandes producciones, pero igualmente logra entretener y se lucen las actuaciones.
Me pareció interesante y divertido comenzar este comentario con tres sinopsis, muy concretas y contundentes, de tres películas que dejaron sus huellas muy marcadas en el género, y que tal vez sinteticen y representen fielmente lo que vi en Cien años de perdón y cuánto se distanció de las expectativas que previamente me generó.El plan perfecto -Inside man, 2006-, dirigida por Spike Lee, en la que un grupo de encapuchados entran a un banco, desactivan las cámaras de seguridad y toman muchos rehenes manteniendo a los policías desorientados en todo momento, pero todo se complica cuando entra en escena una mujer contratada por el poderoso director del banco, quien guarda en su caja de seguridad un oscuro secreto.El gran golpe -The bank job, 2008-, basada en hechos reales, en la que un grupo de ladrones roba una sucursal del Lloyd’s Bank en Londres en 1971 llevándose, además de dinero y joyas, documentos privados sobre un caso de corrupción que involucra a altos funcionarios del gobierno y a un miembro de la familia real.Atracción peligrosa -The Town,2010-, dirigida y protagonizada porBen Affleck, en la que un grupo de ladrones que atracan bancos, cuyo principal integrante decide dejar de dedicarse a ello después de un "ultimo robo", se valen de unos planes perfectamente elaborados y cronometrados para llevar a cabo el ultimo robo y evitar se atrapados por los policías. Pero todo se complica cuando uno de los miembros del grupo rompe una de las reglas y se lleva una rehén con la que se involucra emocionalmente.Ahora bien, Cien años de perdóntoma muchos -o casi todos- los elementos, clichés y rasgos característicos del género, y éstos grandes films en particular, para combinarlos con un reparto de primera línea que se mueve con soltura -a excepción del personaje que encarna Joaquín Furriel que funciona como contrapunto cómico y no logra ser verosímil, por lo menos en nuestros pagos-, una prolija puesta en escena y correcta dirección.Pero el film pareciera haber sido creado bajo la imperiosa necesidad de exponer una crítica político-social de actualidad para España, y por que no también la nuestra, que se queda en la superficie, no logra el compromiso del espectador y sólo funciona a efectos de la trama.Lo que prometía ser una historia interesante, de haber sido desarrollada posterior al robo mismo, no surte efectos y sólo queda la moraleja básica del Robin Hood -que ni siquiera es español-, donde buenos y malos invierten roles entreteniendo con buen ritmo de comienzo a fin.