Es la prometedora opera prima de Diego Castro que muestra esas horas en la que su protagonista, un taxista Rosarino vive experiencias limite, pero también toma conciencia de sus intimas vivencias en relación a su vocación de músico, su relación de pareja y los lazos que lo unen a su madre. Un hombre silencioso enfrentado a su destino, que transmite su insatisfacción, su rutina mas una sorda rebeldía que puede llegar al límite de la explosión o el cambio. Bien filmada y con un muy buen ojo para retratar a la par el pulso de una sociedad con sus cambios, peligros y rincones amigables. Se destaca la labor de Santiago Ilundain. Con un guión del propio director que observa con detenimiento los cambios sutiles del hartazgo.