Tras dos películas que llamaron la atención en el mundo de los festivales pero no tuvieron demasiada presencia comercial, el británico Steve McQueen sorprendió al mundo con una película de corte algo más tradicional y con un guión narrativo bastante clásico como 12 AÑOS DE ESCLAVITUD. Sin embargo, para los que siguen su carrera desde el principio, es obvio encontrar en este filme los puntos en común con los anteriores. En principios, todos se centran en personajes que atraviesan situaciones más que angustiantes: un preso político en HUNGER, un adicto al sexo en SHAME y, bueno, un esclavo en 12 AÑOS DE ESCLAVITUD. En todos los casos, más allá de las particularidades, el eje parece estar puesto en la violencia física, en el dolor que experimenta el cuerpo y en la tortura psicológica que deben atravesar los personajes puestos bajo presión o soportando injusticias del tipo político.
En lo que respecta a la puesta en escena, como casi era esperable de alguien que venía del mundo del arte, en sus primeros filmes McQueen se caracterizó por utilizar planos muy largos y observacionales, muchas veces exponiendo a sus personajes a situaciones de horror y tensión, y en todos los casos logrando transmitir una enorme violencia (física y/o emocional) a los espectadores, casi al límite de lo tolerable. Más allá del guión organizado más académicamente (escrito por John Ridley), en 12 AÑOS… McQueen sigue fiel a su forma de entender el cuadro cinematográfico como un espacio en donde, básicamente, se ejerce todo tipo de violencia. En cada personaje, entre los personajes y del director a los personajes y a los espectadores.
12-years-a-slaveNarrativamente es una película bastante sencilla. Se centra en Solomon Northup, un hombre negro que vive en libertad con su familia en la zona de Nueva York a mediados del siglo XIX pero que, engañado por dos artistas de circo, viaja a Washington a trabajar para ellos (es violinista) y terminan emborrachándolo y vendiéndolo como esclavo para unos traficantes sureños. Ya el título de la película lo deja claro: la historia seguirá a Solomon durante sus años de durísimo maltrato como esclavo, pasando por dos casas y patrones muy distintos entre sí (Benedict Cumberbatch encarna el primero y más amable, Michael Fassbender es el segundo y aterrador), mientras lidia con diversos problemas y complicaciones, además de ser testigo directo –y sorprendido– de los continuos y cotidianos crímenes que allí se cometen.
El conflicto principal para Solomon es tratar de pasar lo más inadvertido posible y no crear problemas, pero le termina siendo inevitable. Si bien debe negar saber leer y escribir (no debe decir que es del Norte), es evidente que resulta más inteligente, capaz y participativo que los demás, por lo que inevitablemente complica su vida. Sea tratando de ayudar a una esclava persistentemente violada por su amo, inventando una forma de cruzar un río con una balsa y hasta colocando maderas en una casa en construcción, Solomon termina más de una vez castigado y azotado, ganándose enemigos por todos lados.
12 Years a Slave - 2014La película es –previsiblemente, tomando en cuenta el tema y el estilo de McQueen–, dura hasta lo insoportable. Y el director parece creer que hay algo de justicia poética en transmitir de forma muy vívida a los espectadores el sufrimiento de sus protagonistas, como si para entender la tortura haya que vivir algo parecido en la experiencia cinematográfica. El sistema es así desde el principio en el filme y ya de entrada vemos que la película presentará escenas difíciles de ver. Hay una secuencia filmada en un solo y largo plano coreográficamente muy elaborado en la que un vendedor de esclavos que encarna Paul Giamatti va mostrando a los compradores a los distintos “especímenes”, golpeándolos, tratándolos como animales y hasta destruyendo moralmente a una madre a la que separa de sus hijos. Son dos minutos, casi, que McQueen muestra en forma de abyecto ballet de humillaciones, prueba de que McQueen tiene pensado un plan bastante macabro para nosotros.
Y el asunto sigue así. Las injusticias se apilan y las condiciones de vida son insoportables: un capataz le hace la vida imposible a Solomon cuando le discute algo, un patrón lo azota cada vez que cosecha menos algodón que lo requerido, y McQueen precisa mostrarnos planos secuencias con cada una de las torturas. La peor escena de ese tipo tiene que ver con otra esclava (interpretada por la nominada al Oscar Lupita Nyong’o), la desafortunada que cayó bajo la mirada obsesiva de su virulento amo. Pero aún en esa situación Solomon se ve cruelmente involucrado.
12-years-a-slave-michael-fassbender-600La película es ardua y siempre está al límite de los soportable. No por la tortura en sí, sino por la decisión de mostrarla de manera tan cruenta, como si el director necesitara probar que los actores también fueron azotados en el rodaje, prácticamente volviendo a repetir la situación. Hay otras elecciones que son discutibles, pero ya tienen más que ver con el guión. ¿Es necesario elegir a un “negro no esclavo” para pintar la esclavitud como si él fuera esclavizado “injustamente” y los otros no? ¿Es lógico que en una película sobre la esclavitud tengan mucho más desarrollo y escenas los actores blancos (patrones, esposas, vendedores, capataces y… Brad Pitt) que los esclavos, quienes salvo por el protagonista y dos mujeres, son como extras perdidos en el paisaje?
Mi impresión es que se trata de una serie de elecciones dramáticas y de puesta en escena equivocadas por parte de McQueen, lo que no quita que la película sea intensa y dramáticamente potente. Pero eso se logra más gracias a las actuaciones de los protagonistas que a méritos de la puesta. Tanto Chiwetel Eijofor como la citada Nyong’o logran darle profundidad a sus personajes, en la mayoría de los casos gracias a sus rostros, sus penetrantes miradas y sus silencios más que sus palabras. El guión de Ridley no se caracteriza por la sutileza –muchos de los personajes parecen necesitar decir en voz alta cosas que deberían ser obvias para ellos– por lo que son las caras y los cuerpos de los actores los que parecen comunicar mucho mejor que sus palabras.
12yearslupitaEs muy probable que 12 AÑOS DE ESCLAVITUD gane el Oscar a mejor película. Es un tema importante y está tratado con la seriedad y densidad de un texto académico, pero no es una película que funcione en sus propios términos. Está pensada como medicina, como castigo, más cerca de la forma que Michael Haneke tiene de entender el cine (el espectador tiene que sentir en el cuerpo la culpa histórica de su clase o raza) que de una tradición clásica hollywodense, a la que responde más el guión. Es un choque raro, curioso, que genera algunos potentes momentos, pero que le da a la película un tono escabroso y un ritmo desacompasado que no termina de funcionar. Es como si McQueen se sintiera superior al guión y buscara sus resquicios para firmar su obra. Y en ese conflicto no parece ganar nadie.