La historia de Solomon Northup parece salida de una novela de Dickens.
Desde que su libro de memorias se publicó en 1853 mucha gente en Estados Unidos solía pensar de esta manera, hasta que en 1968, un grupo de periodistas e historiadores lograron confirmar y documentar que todos los hechos que narró este hombre habían sido reales.
El libro fue adaptado en el cine por primera vez en 1984 por uno de los grandes realizadores del cine independiente de ese país como fue Gordon Parks (Shaft).Un film que en su momento presentó un tratamiento bastante realista de la esclavitud.
La producción de Brad Pitt que vuelve a trabajar esta historia para la pantalla grande profundizó mucho más esta cuestión y ese es el principal motivo por el que esta propuesta despertó tantos elogios en el último tiempo.
Si viste la versión de 1984 la historia sigue siendo la misma. La novedad pasa por el modo en que el director Steve McQueen abordó el conflicto y su contexto histórico.
Otro realizador independiente que en los últimos años se destacó por los filmes que hizo con Michael Fassbender, Hunger (2008) y Shame (2011), esta última estrenada en Argentina.
12 años de esclavitud básicamente es la antítesis de la recordada serie de televisión Raíces que presentó una mirada más light y hollywoodense de la esclavitud en Estados Unidos.
Si hay algo que no se le puede objetar al trabajo de McQueen es su falta de rigurosidad histórica.
La película es terriblemente brutal y tiene escenas fuertes de ver, que no dejan de ser una recreación realista de cómo se trataba a los seres humanos en el siglo 19 simplemente por tener un color de piel diferente.
Un detalle que durante décadas el cine de Hollywood prefirió esquivar.
Especialmente el período en que centra este film, cuando la esclavitud era legal y se veía como algo cotidiano en la sociedad norteamericana de aquellos días.
Más allá del drama histórico, McQueen ofrece una interesante reflexión sobre la injusticia y la expresión del mal en los seres humanos.
Otra virtud de este estreno es que vuelve a rescatar en la pantalla grande a un gran actor como Chiwetel Ejiofor, quien brindó su mejor interpretación hasta la fecha.
Un artista que en el 2002 se destacó en Negocios entrañables, de Stephen Frears, y desde entonces no logró encontrar otro rol protagónico relevante.
En 12 años de esclavitud estuvo rodeado de un gran reparto donde sobresalen Michael Fassbender, Paul Giamatti y Paul Dano, un muchacho que no deja de sorprender con sus apariciones en el cine.
De las películas nominadas al Oscar esta es una de las imperdibles que consolida al director Steve McQueen, como uno de los cineastas más interesantes que surgieron en el último tiempo.