Crímenes y castigos de 12 Años de Esclavitud
Solomon Northup cuelga de un árbol, su cuello rodeado por una soga que se le clava en la garganta, sus pies apenas tocando el suelo, sus pulmones rogando por aire. Así permanece por horas. El día se convierte en noche, y Solomon Northup sigue colgado del árbol, en una silenciosa lucha por su vida.
12 Años de Esclavitud de Steve McQueen es quizás una de las películas más perturbadoras y a la vez profundamente magníficas de los últimos tiempos. Con una fotografía espléndida y una historia más que aterradoramente real, se impone como uno de los mejores films del año y como uno de los retratos más fieles sobre la esclavitud.
McQueen narra la trágica historia de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), un hombre afroamericano libre que es secuestrado mediante engaños, y vendido como esclavo. El film muestra algunos de los momentos más impactantes de su vida en cautiverio, bajo las órdenes de sádicos que no necesitan ni una excusa para humillar y lastimar. La película está basada en la historia real de Northup, que contó todas sus vivencias el homónimo libro de 1853.
Solomon es un hombre culto y toca el violín, pero, para sobrevivir, debe ocultar sus talentos y actuar como "el hombre blanco" lo considera: un simple animal, no más inteligente que un perro. Es obligado a desnudarse y es víctima del látigo continuamente.
En su paso por las plantaciones de Louisiana, cae bajo el comando del cruel –un adjetivo que le queda chico- Edwin Epps, interpretado por el brillante Michael Fassbender, que ya había colaborado con McQueen en Hunger y Shame. Pero esta vez no encarna a un adicto al sexo sin remedio, sino a un sádico empedernido que hace todo lo que está bajo su poder para torturar a sus esclavos.
Se encapricha con Patsey, el personaje de la novata candidata al Oscar Lupita Nyong'o, que tiene que afrontar la atención no requerida de su amo, además de constantes maltratos y hasta violaciones.
Benedict Cumberbatch (Agosto, Expiación Deseo Y Pecado), en cambio, es Ford, uno de los pocos dueños de plantaciones con algo de conciencia, que ve a la esclavitud como un mal necesario. Trata de ser lo más humano posible y hasta le muestra su respeto y agradecimiento a Solomon regalándole un violín.
Este film es un gran paso para la carrera de McQueen, que hasta ahora perfilaba más que nada para el cine independiente y de arte. Pero con 12 Años de Esclavitud, el director avanza en hacer de su nombre y de su filmografía en cine de autor con todas las letras, creando historias y personajes inolvidables y reales.