No hay muchas sagas de horror que puedan decir con orgullo que mejoran con cada entrega. The Purge puede levantar la mano a mucha honra, ya que la franquicia escrita y dirigida en su totalidad por James DeMonaco ha logrado lo imposible con The Purge: Election Year, una satisfactoria juntura entre thriller de horror y bajada de línea política muy actual, que se favorece -y mucho- de tener al frente a un gran actor de acción como lo es Frank Grillo.
Con una de las premisas mas originales del género en los últimos años -un período anual de 12 horas en la que el crimen es legal-, la serie pasó de ser un claustrofóbico pero aburrido thriller de invasión hogareña en su primera entrega, a una anarquía callejera total en la segunda. Había pocos lugares restantes para explorar, pero DeMonaco encontró un nicho para su tercera parte en el personaje de la senadora Charlie Roan, que interpreta la siempre sólida Elizabeth Mitchell. Siendo la única sobreviviente de su familia a manos de un sádico asesino hace 18 años, la ahora adulta ha dedicado su vida entera a frenar esta matanza indiscriminada que tan sólo ayuda a los intereses del 1% más rico del país. Pero ir contracorriente no va a resultar tan fácil y la sorpresa de la Purga anual será que nadie está a salvo, ni siquiera los más privilegiados, lo cual pone a la senadora en terreno cenagoso. Si quiere sobrevivir, deberá escuchar atentamente todas las indicaciones que su guardaespaldas le diga y no confiar en nadie más que en él.
Las calles vuelven a tomar protagonismo con una cantidad numerosa de gente que desata a su bestia interna, en lo que un personaje indica como "el Halloween para adultos". Los comentarios ácidos no sólo se remiten al tempestivo panorama actual político de Estados Unidos, sino también a las nuevas generaciones de jóvenes sin límites y a los turistas extranjeros, que llegan los días previos a la Purga para matar y saciar su sed de sangre al grito de "Estados Unidos es el mejor país del mundo". No estamos frente a una sátira muy inteligente, porque a veces el guión del mismo DeMonaco se vuelve subrayado y obvio, pero si están en la sala viendo Election Year es para ver cómo la gente se mata la una a la otra de maneras brutales, sangrientas y creativas.
Aparte de Grillo, que sigue sumando puntos como una estupenda figura de acción, y su agradable química en pantalla con Mitchell, hay un grupo de vecinos compuesto por el tendero de Mykelti Williamson, el ayudante latino Marcos de Joseph Julian Soria y la misteriosa Laney de Betty Gabriel, quienes representan a la minoría y eventualmente cruzan caminos con el dúo en pleno escape. El grupo se vuelve indispensable los unos a los otros y enfrentan a las calles llenas de peligro, colegialas mortíferas en busca de venganza, neonazis entrenados para matar y un grupo subterráneo que ofrece ayuda al prójimo durante la salvaje noche. No hay momentos relativamente novedosos pero en líneas generales la trama se desenvuelve con bastantes bajas, muertes de todo tipo, hasta llegar hasta su tempestivo final, no sin antes dejarnos con un último momento que promete ser ominoso de acá al resultado de las próximas elecciones norteamericanas.
Cohesivamente, Election Year es la más solida de las tres partes de esta saga, con personajes interesantes, escenarios realistas y mucha violencia de por medio. No es una maravilla del género, pero resulta estimulante ver su crecimiento a través del tiempo y saber que se fueron ajustando los problemas del pasado. Si así termina la serie, lo hace con el listón bastante alto y se despide de la mejor manera.