Me gusta mucho esta saga -que la juega medio callada- y metió tres de tres y cada una mejor que la otra.
12 horas para sobrevivir llega a su conclusión (aparentemente) con el debate político que le faltaba a las dos entregas anteriores de forma tan realista que te hace pensar que los norteamericanos están verdaderamente a un paso de llegar a eso.
Una subida lógica y bien presentada a nivel argumental porque en la primera película vimos la historia de una familia dentro de su casa en la noche de la purga, en la segunda la de un grupo de personas desconocidas entre ellas y en más ámbitos, y en este estreno se agrega el condimento político y conspiracional.
Hay una escalada de historia pero no necesariamente de escenas de violencia, se puede decir que están al mismo nivel pero esta gana por la tensión en un par de secuencias donde el gore queda un poco de lado.
Vuelve el personaje interpretado por Frank Grillo (aunque no lo aclaran) y se transforma en una especie de héroe que debe proteger a la candidata a presidente (una correcta Elizabeth Mitchell) que quiere eliminar este sistema en esas doce horas.
El director James DeMonaco mantiene el nivel y técnica que utilizó en las dos anteriores pero aumentando la escala e intriga con la sumatoria de looks más sádicos (incluso caricaturescos) para algunos de los purgadores de la noche.
Hay sobresaltos y algunos elementos propios del terror pero lo que predomina es el suspenso muy bien llevado.
Si bien es una buena película y ese universo da para más ojalá se cumpla con el anuncio de que es la última para que no suceda lo mismo que en otras franquicias donde la fórmula se gasta. Aquí terminaría en un muy buen lugar.
12 horas para sobrevivir: el año de la elección es para pasar un buen rato en el cine para aquellos que gusten de las películas que tensionan y el gore.