"El sueño americano se murió" asegura uno de los integrantes de los Nuevos Padres Fundadores, el partido que instala un periodo de 12 horas para que la población estadounidense libere angustias y pueda asesinar sin castigos a cambio.
12 horas para sobrevivir: El inicio,la cuarta película de la franquicia iniciada por por James De Monaco en 2013 y ahora dirigida por Gerard McMurray, funciona como la precuela de La noche la expiación y detona una vez más la violenciay los enfrentamientos entre los que quieren la Purga, los que se oponen a ella -un grupo refugiado en una iglesia- y las pandillas de drogas que amenazan Staten Island, el escenario donde se desarrolla la acción.
Los Nuevos Padres Fundadores aseguran que asesinar -a cambio de dinero- purifica las almas de quienes viven en los barrios más carenciados, encendiendo un brote de violencia extrema entre los habitantes, rehenes del sistema del poder imperante y de las políticas de turno -la Doctora Updale, encarnada por Marisa Tomei en un rol al que no estamos acostumbrados a verla- en esta noche experimental para reducir la tasa de criminalidad que terminará de la peor manera.
La propuesta combina nuevamente la acción extrema y el terror slasher de los años setenta, retomando la idea iniciadora de la saga: "la invasión del hogar" en manos de asesinos despiadados. Sin resultar novedosa -con lentes de contacto flúo que registran violaciones y crímenes-, la película mantiene la tensión con los hermanos Nya -Lex Scott Davis- e Isaiah -Joivan Wade- perseguidos sin descanso; el villano Skeletor, con agujas en la mano, y el traficante Dmitri -Y’lan Noel- que se termina aliando con los desprotegidos.
El relato entrega lo que promete y explica las consecuencias de los que vio en las tres películas posteriores. Los seguidores de la franquicia no saldrán defraudados.