Liberar nuevamente a la bestia
El año pasado se conoció 'La noche de la expiación', una película protagonizada por Ethan Hawke en donde la criminalidad no existía debido a una ley que permitía una vez al año, y durante doce horas, cometer crímenes con total impunidad.
Sin elenco conocido, llega la secuela titulada 12 horas para sobrevivir, en la que la acción y el suspenso se apoyan y desarrollan -a diferencia de la anterior- en espacios abiertos, en calles desiertas habitadas por personajes enmascarados que deambulan con armas, hachas y lanzallamas para atrapar a sus presas en esta "noche de purga" en la quedan suspendidos la asistencia social, los servicios de emergencia y el accionar policial.
La noche vertiginosa une los caminos de una madre y su hija adolescente obligadas a abandonar su casa para ser ejecutadas; un justiciero solitario que recorre la ciudad a bordo de un auto blindado y una pareja que queda a la deriva cuando su auto se descompone minutos antes de la sirena que anuncia el caos generalizado.
Con mejores situaciones de suspenso y con un logrado desarrollo del concepto aplicado en el film original, el director James DeMonaco sale mejor parado en este segundo eslabón sobre la violencia urbana que no parece tener fin en el año 2023, mientras alimenta la bestia escondida en almas perturbadas que son capaces de apretar el gatillo o tomar un bate para asesinar a sus indefensas víctimas.
Con un eco de Los guerreros, de Walter Hill, la película mantiene el nerviosismo hasta el final, se permite algunos sobresaltos y muestra la perversidad que asoma también en círculos aburridos de tanta comodidad económica. En tanto, la clave consiste en escapar...