La principal crítica que se le hizo el año pasado a The Purge era que, debido a los estándares de presupuesto manejados en la productora Blumhouse, el argumento se encontraba contenido en los confines de una mansión. La promesa de una batalla campal en las calles entonces se esfumaba poco a poco, ateniéndonos a la desabrida trama de una familia atacada por un motivo más que simplista.
Con el presupuesto triplicado, finalmente la acción se hace presente en las calles de The Purge: Anarchy. Lo que fallaba en la idea de suspenso y home invasion, ahora es un thriller que cumple tímidamente con el concepto que James DeMonaco siempre quiso mostrar: la peor cara de una sociedad desmoronada y entregada a su estado más salvaje.
Todo esto no quiere decir que Anarchy sea una brillante crítica social. Está a años luz de eso, pero sí al menos es un escalón superior a su predecesora. A DeMonaco no le interesa poner al espectador frente a una situación incómoda y dejarlo pensando durante toda la semana frente al crisol moral de su guión y sus protagonistas. Al director lo que le interesa es una situación donde la angustia vaya subiendo poco a poco y estalle en el peor de los momentos, que los ciudadanos se enfrenten unos a otros y que todo termine como empezó: con el pitido escalofriante de una sirena.
Los personajes siguen siendo caricaturas, pero al menos ahora el espectador tiene de donde elegir. El principal es Frank Grillo como un policía queriendo vengar la muerte de su hijo, una pareja joven -Kiele Sanchez y Zack Gilford- queriendo escapar de la Purga pero cayendo en medio de ella, y por último una madre y su hija -Carmen Ejogo y Zoe Soul- que obviamente se verán metidas en medio del embrollo. También habrá un grupo anti-Purga liderado por Michael K. Williams, todos en una pelea a campo traviesa por sobrevivir la noche anual de matanza establecida por los Padres Fundadores.
Y así, entre el caos organizado y una muerte tras otra, DeMonaco se divierte saliendo de la zona de confianza de la primera entrega y se sumerge en la anarquía de fuego, a la cual todavía le quedan varias preguntas por contestar. De seguro serán respondidas en siguientes secuelas que esperemos tomen otros aspectos interesantes del concepto de la Purga, porque una repetición de lo mismo -y todos los años- cansa enseguida.