Cuando la primera parte de esta saga se estrenó el año pasado fue una sorpresa. Si bien los niveles de violencia no eran altísimos ni su suspenso era en el tono de una película de terror, The Purge (su título original) llegaba a sobresaltar al espectador y encima tenía una historia bastante original.
La idea de que en un futuro cercano el gobierno de los Estados Unidos suspenda todos los servicios de seguridad doméstica y que los delitos (incluso el asesinato) estén permitidos es algo genial. ¿Loco e imposible? Claro, pero de eso se trata el cine.
En esta secuela fueron muy piolas y en lugar de situar la historia y la acción en un solo lugar como había ocurrido en la anterior entrega (una casa de familia) fueron por más presentando diversos personajes y el escenario principalmente es la calle.
El director/guionista james DeMonaco logra mantener los climas y tensiones tal como había hecho en la película original pero esta vuelta le agrega más capas a la historia y entretelones de esta particular noche desde puntos de vista encontrados y fanatizados.
Si bien estamos ante un estreno que supera al del año pasado, a lo mejor le hubiera venido bien una cara conocida para promocionar y legitimar un poco más.
Amén de eso, el elenco está muy bien y el laburo de Frank Grillo es impecable como héroe de acción.
Es un film para tensionarse y pasarla muy bien en el cine.