James Franco, en un film sobre el coraje y la fe con 6 nominaciones al Oscar
Tras arrasar en los premios Oscar con Slumdog Millionaire : ¿Quién quiere ser millonario? , el inglés Danny Boyle y su coguionista Simon Beaufoy eligieron adaptar otra novela, en este caso las memorias de un joven afecto al turismo de aventuras y a los deportes de riesgo que sobrevivió a un accidente gracias a una gran entereza física y moral (apelando incluso a sacrificios extremos) en condiciones infrahumanas.
En abril de 2003, un escalador llamado Aron Ralson, de 27 años, cayó en una grieta de un aislado cañón de Utah y quedó con uno de sus brazos atrapado por una gran roca. Con su habitual parafernalia estética (estilización visual, edición vertiginosa, música grandilocuente, secuencias oníricas, flashbacks que recuperan el pasado y la dinámica familiar del protagonista), Boyle va reconstruyendo la odisea, la épica heroica de este personaje al que James Franco logra sostener con gran dignidad, incluso a pesar de ciertos excesos y subrayados del director.
El prólogo sirve para exponer las características inhóspitas del lugar y la personalidad intrépida, despreocupada, de Ralston. Luego de la caída, el protagonista comienza a grabar sus desventuras cotidianas (escasez de agua y comida, bruscos cambios climáticos, contradicciones frente a situaciones tan absurdas, crecientes dolores físicos y problemas de movilidad) con su pequeña cámara digital, mientras el realizador de Trainspotting y Exterminio hace gala de su talento para los encuadres y los movimientos de cámara para "vestir" esta batalla íntima contra sí mismo (Ralston se pide una y otra vez no perder la cabeza) y contra las indomables fuerzas de la naturaleza.
Hollywood tiene predilección por estas historias reales con mucho de conmovedor (y aleccionador). ¡Viven! , sobre la hazaña de los rugbiers que cayeron en los Andes, es otro ejemplo, pero también se han hecho films mucho más audaces, radicales y provocadores, como el que emprendió Sean Penn como director en Hacia rutas salvajes . Con su puesta en escena virtuosa, la convicción de Franco y apelaciones a los sentimientos más nobles del ser humano, le alcanzó a Boyle para conseguir 6 nominaciones al Oscar. Y una buena película.