Llevar hechos reales al cine siempre ha sido complicado, sin embargo 13 Hours transmite sentimientos inspiradores incluso en un ambiente completamente desfavorable.
El 11 de septiembre del 2012 en dos instalaciones norteamericanas en la ciudad de Benghazi, Libia, hubo una serie de ataques violentos en masa que se cobraron la vida de cuatro ciudadanos de EEUU. Se cree que fue organizado espontáneamente luego de protestas contra un vídeo anti-musulmán llamado Innocence of Muslims; otros dicen que fue preparado con tiempo aprovechando el aniversario del atentado a las Torres Gemelas en 2001. Los seis miembros de Fuerzas Especiales que participaron en defensa de los civiles en estas instalaciones son honrados en la película 13 Hours: The Secret Soldiers of Benghazi.
En ‘El Anexo’ viven alrededor de 40 ciudadanos norteamericanos, algunos son empleados de la CIA y otros son Fuerzas Especiales. Se supone que El Anexo es secreto, ya que se encargan de recolectar inteligencia y vivir de primera mano la situación social en Benghazi, sin intervenir. Luego de la revolución contra Gadafi, las milicias libias comenzaron a acceder a armas de gran peligro. Cuando un embajador norteamericano llega al país y se instala en un puesto diplomático con muy poca seguridad, el grupo de Fuerzas Especiales, posicionado a 2km de él, deberá estar alerta en caso de que algo salga mal. A las 9:40pm del 11 de septiembre de 2012 el puesto es blanco de una serie de explosiones seguidas de cientos de militantes libios armados invadiendo la propiedad, en busca del embajador. Esta es la historia de los hechos de esa noche.
Michael Bay es un director de cine sumamente conocido en estos últimos años por la franquicia Transformers pero con otros films más viejos en su haber, como Armageddon, The Rock y Bad Boys. Suele ser muy criticado por su afinidad con las explosiones masivas, pero su estilo es mucho más complejo. La cámara y actores en constante movimiento, sumados a la cantidad enorme de información en un sólo fotograma son un resumen de lo que el espectador quiere ver hoy. Esta vez optó por un argumento más cercano a la vida real y lo hizo funcionar: una situación bélica observada desde cerca es la materia perfecta para resaltar estas técnicas que Bay no soporta no usar.
La musicalización toca lo cliché pero es de esperarse en una película que se estrena en el MLK Weekend norteamericano (siempre plagado de películas bélicas patrióticas como American Sniper y Lone Survivor). Las actuaciones fueron muy precisas, algo que se nota en el manejo de armas y otros recursos militares que los actores utilizaron perfectamente. Entre ellos, John Krasinski y James Badge Dale resaltan en su representación de valentía y dedicación frente a una situación tan complicada. Los soldados que participaron en este evento de 2012 colaboraron en la realización de la película y están mayormente satisfechos con el resultado.