Hoy vuelve Michael Bay (Transformers), quieran o no; al cine de acción “realista” con 13 horas: Los soldados de Bengasi.
En la noche del 11 de septiembre de 2012, en el aniversario de los ataques terroristas a las Torres Gemelas y al Pentágono, un grupo de militantes islamistas atacaron un complejo diplomático estadounidense y un anexo cercano de la CIA en Bengasi, Libia.
Un equipo de seis hombres de Operaciones Especiales de Estados Unidos, formado por ex Navy SEALs y operarios de la CIA, fueron enviados en defensa de los estadounidenses restantes que todavía quedaban con vida.
Cabe reconocer que Michael Bay no ha hecho nada bueno desde la decada del 90; con La Roca y Bad Boys. Después plantó su bandera moralista con films menores como Pearl Harbor y Armageddon. Y desde entonces, se ha dedicado a la saga Transformers, más cercana al cine como producto publicitario u objeto; que otra cosa.
En 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi, Bay vuelve a la acción realista, en los terminos que el director esta habituado a usar; esto es muchas explosiones y dramatismo sobreactuado. Personajes que como fichas de dominó se mueven por la pantalla en un film que mantiene el suspenso en lo que respecta la acción.
Mientras que la estrategia militar era uno de los extras en su saga de Transformers, aquí vuelve a ser protagonista, y la película se mantiene a pesar de su larga duración de dos horas y media. Y eso que no hace uso desmedido de sus caracteristicos planos, y solo en ciertas ocasiones pone algún ralenti o cámara lenta.
Aquellos que esperan un drama al estilo The Hurt Locker de Kathryn Bigelow o Soldado Anónimo de Sam Mendes, recuerden que estamos hablando de Michael Bay; aquel niño grande que sigue jugando con sus juguetes de HASBRO. Sigue haciendo cine de los noventa que funcionaba muy bien los fines de semana por televisión.