El 21 de agosto del 2015 en un tren rápido con 554 pasajeros a bordo, un terrorista estaba decidido a una matanza que no ocurrió porque tres norteamericanos y un británico lograron desarmarlo y uno de ellos atendió a un herido grave, salvándole la vida. Fueron condecorados por el gobierno de Francia y recibidos como héroes con todos los honores en EEUU. Ellos escribieron un libro y el guión de la película escrito por Dorothy Blyskal esta basado en esa autobiografía de Spencer Stone, Anthony Sandler y Alek Skarlatos los tres amigos norteamericanos, que crecieron juntos, dos de ellos soldados, que fueron convocados por Clint Eastwood para interpretarse a si mismos en la película del legendario director. Ellos recrean su viaje a Europa, lo que ocurrió arriba de ese tren y la historia de rechazos ya de adulto de uno de ellos. El tema que muestra el film es como fueron niños con problemas en el colegio, llenos de castigos y bullying, pero con enseñanzas cristianas que calaron fuerte al menos en Stone. Podían haber resuelto su vida hacia cualquier lado. Les quedó esa amistad de trío y ese amor por las guerras y las armas. Para los juegos tenían un verdadero arsenal de juguete. Solo soñaban con ser soldados. Solo el afroamericano no siguió ese camino.
Rechazados, sus madre cuestionadas, considerados un problema por las autoridades de sus colegios, se transformaron en impensados héroes. La película sencilla, incluso demasiado larga en las escenas de la gira europea, por momentos con todos los lugares comunes de turistas y una reconstrucción escalofriante de lo que ocurrió en ese tren. ¿Pueden los héroes ser hombres como uno que reaccionan como se debe?, ¿todo en la vida tiene un propósito? Cada enseñanza aún las que las autoridades consideraron fallidas son para algo? La ideología de Eastwood responde a estas cuestiones. Las convicciones religiosas también.