Clint Eastwood vuelve a la pantalla grande para dirigir un film basado en hechos reales, donde el 21 de agosto de 2015 tres amigos norteamericanos (Anthony Sadler, Alek Skarlatos y Spencer Stone) que viajaban de Ámsterdam a París salvaron a los pasajeros del tren de un presunto atentado.
No es la primera vez que el aclamado director lleva al cine un acontecimiento real. Podemos mencionar tanto “El Francotirador” (2014) como “Sully” (2017), en este trío de películas sobre personajes anónimos convertidos en héroes, con resultados algo dispares, pero lo que no se discute es que Eastwood sabe plasmar la realidad de una manera atrapante. Es por eso que se le podría pedir mucho más a su nueva obra que cae un poco en el aburrimiento.
“15:17 Tren a París” se centra básicamente en la vida de los jóvenes héroes desde que son pequeños y comienzan su amistad en la escuela hasta que deciden emprender un viaje por Europa y, casualmente, están en el lugar indicado en el momento correcto para impedir un mal mayor. Sin embargo, lo más interesante del asunto, que es el intento de atentado terrorista en sí y la situación alrededor del tren, no se explota profundamente. Está bien que éste solo duró unos pocos minutos, pero ya vimos a Eastwood retratar un acontecimiento corto en el tiempo con una gran facilidad, generando un buen clima y manteniendo la atención del público. Acá recién en los últimos minutos del film nos centramos en lo que ocurrirá allí, sin conocer a ninguno de los pasajeros, excepto a los tres amigos. No podemos empatizar personalmente con el resto de los personajes (únicamente por una transferencia humana y el peligro al que se exponen), pero no conocemos sus vidas ni lo que se pone en juego. A lo largo de la cinta sólo veremos algunos flashes de lo que vendrá, pero queda algo forzado, teniendo en cuenta que la historia está contada en forma cronológica y no tenemos un estable vaivén entre el hecho y la vida de los amigos.
Por otro lado, se observa una clara tendencia pro-norteamericana y pro-bélica, dando a entender que sólo por haber sido soldados pudieron frenar el ataque y saber cómo comportarse durante el acontecimiento, algo que puede llegar a ser verdad, pero durante la película se le da mucho énfasis a la fascinación por la guerra por parte de los chicos durante su infancia y juventud.
Algo a favor se encuentra en la elección del elenco. Luego de no dar con los actores indicados durante el casting, Eastwood insistió en que los propios protagonistas del atentado realizarán sus papeles en la ficción. Nadie mejor que ellos para saber qué es lo que sentían y pensaban en ese instante y para construir su amistad. Se nota la química entre ellos y a pesar de no ser profesionales se los ve muy naturales.
Los aspectos técnicos durante las escenas del tren, que son las más complicadas de realizar, se encuentran muy correctas y logradas.
En síntesis, la nueva película de Clint Eastwood no cumple con las expectativas. No deja de ser entretenida en sus últimos minutos pero tarda en cobrar vuelo, ya que lo que uno va a ver, que es cómo unos jóvenes frenaron un atentado terrorista, sólo ocurre al final del film y durante su primera hora se dedica a retratar la vida de los protagonistas (que hasta ese entonces tampoco era sobresaliente ni muy interesante). Además, se hace mucho hincapié en la guerra y el rol del ejército como algo positivo y nacionalista. Sin dudas, una de las más flojas cintas del realizador.