Acción, drama, romance, musical. Clint Eastwood lo ha probado casi todo en su carrera como director, casi siempre con resultados que van de lo decente a lo excelente. Si bien el riesgo es apreciable en cualquier instancia de una trayectoria artística, el que sea el siguiente paso lógico de una carrera de más de 40 años (arraigada en un modo clásico de narrar) se lo percibe como natural. Por eso cuando se anunció que rodaría la dramatización de un atentado terrorista frustrado, con los héroes del incidente haciendo de sí mismos, fue recibido con más expectativa que escepticismo. Tristemente, 15:17 Tren a Paris es un tropiezo y no precisamente por haber puesto a no-actores en los roles protagónicos..
America, F*ck Yeah!
15:17 Tren a Paris cuenta la historia real de tres soldados norteamericanos que, durante unas vacaciones en Europa, frustraron los avances de un hombre que tenía suficiente munición de AK 47 para matar a todos los pasajeros del tren en el que iban. La película oscila entre el incidente en particular y la formación de estos hombres para ser los héroes que terminaron siendo.
Si bien hay retazos aquí y allá del incidente terrorista en cuestión para que no se olvide lo que el espectador vino a ver, el mismo no es ilustrado concretamente sino hasta el tercer acto; había que rellenar toda una película para llegar a esa instancia. La idea, salta a la vista, era mostrar cómo fue moldeada la vida y la camaradería de estos hombres, que resultó crucial para resolver el incidente que dramatizan. No obstante, carece de un hilo narrativo concreto: no es otra cosa más que viñetas de la cotidianeidad de estos hombres. La sucesión arbitraria de escenas hace que los 94 minutos que dura la cinta se hagan densos. El primer acto contiene un compendio de los diálogos más carentes de subtexto escuchados en mucho tiempo, mientras que el segundo acto es un video de vacaciones europeas, pero filmado de una manera profesional.
Decir que el cine de Clint Eastwood puede llegar a ser de pronunciados ribetes patrioteros es tan obvio como decir que todos los leones rugen, pero acá lo exagera de una manera tan descomunal, desvergonzada y, nuevamente, tan carente de subtexto, que los públicos afuera de Estados Unidos se lo van a echar en contra. Cuestiones que también se pueden atribuir a cómo trató el guion a la vida religiosa de los protagonistas.
Cabe señalar que el experimento de Clint Eastwood de hacer que los verdaderos héroes hagan de sí mismos fue un éxito. Son interpretaciones naturales y en absoluto forzadas. Curiosamente, se trata de lo mejor de la película a nivel interpretativo, ya que los profesionales que integran el reparto no ofrecen lo que se dice los mejores trabajos de sus carreras, y los niños de la primera parte tampoco son lo que se dice prodigios de la interpretación. Da para pensar si este bajo desempeño fue deliberado para no opacar a los cuatro protagonistas. Por otro lado, cuesta imaginar a un director de actores tan capaz como Eastwood desempeñarse mal a propósito.
Conclusión
15:17 Tren a Paris es un experimento exitoso desde lo actoral. Sea lo que sea que Eastwood quiso demostrar poniendo a estos muchachos, lo consiguió. Pero la narración como un todo es demasiado endeble, densa de ritmo, y de un proselitismo tan grande que reduce la apuesta a un truco publicitario, logrado (por panfletario que sea su propóstio), pero truco al fin.