1917: Los horrores de la Guerra, en primera persona.
Otro estreno que llega con varios galardones y la promesa de llevarse todos los premios Oscar. 1917 (2019) es una experiencia inmersiva y sentimental de la 1° Guerra Mundial.
Allá por el año 2000, un ignoto director británico se alzaba con 4 premios Oscar, que incluían «Mejor Película» y «Mejor Director».
El realizador era un tal Sam Mendes, y su ópera prima, Belleza Americana (American Beauty, 1999), un relato mordaz sobre el sueño americano con un Kevin Spacey en su mejor forma.
A partir de allí, la carrera de Mendes fue bastante irregular y fue varias veces criticado.
Luego de devolverle al «Agente 007» el carisma que había perdido en esta última década con el hiperrealismo de su reboot, llega el film más personal del británico; una oda a los jóvenes que llenaron las trincheras y dieron sus vidas en la que, quizás, sea la guerra más brutal de todos los tiempos.
Basada (libremente) en las experiencias del abuelo paterno del Director, Alfred Mendes, 1917 (2019) nos cuenta la historia de William Schofield (George MacKay) y Tom Blake (Dean-Charles Chapman), dos jóvenes soldados británicos que reciben un encargo, en apariencia, bastante simple: entregar un mensaje en mano al 2º Batallón del Regimiento de Devonshire, cancelando su ataque planeado contra las fuerzas alemanas. Los alemanes han fingido retirarse a la línea Hindenburg y están preparados para emboscar al batallón de 1600 hombres, el hermano de Blake entre ellos.
Ellos no saben que los alemanes se han retirado. Incluso con esta nueva noticia de una segura trampa mortal, el camino que les espera es casi un suicidio. Sin embargo, Blake está dispuesto a todo por salvar a su hermano y a sus compañeros en armas de una carnicería segura.
La particularidad de 1917 (2019) es que el film está rodado en un (aparente) plano secuencia. Hay muy pocas veces que el espectador avezado puede ver el montaje, aunque hay uno bien marcado y es parte de la atmósfera narrativa inmersiva que se nos presenta.
Porque la película de San Mendes es eso, una experiencia que nos mete de lleno en los horrores de la 1° Guerra Mundial, en primera persona. Seguimos desde el comienzo de la misión a Schofield y a Blake, vemos sus personalidades bien marcadas y diferenciadas a lo largo de la travesía.
Los sentimientos afloran en un plano como el de las trincheras, donde el Imperio británico estaba en desventaja ante un enemigo que los superaba en número y en tecnología: tengamos en cuenta que en este conflicto fue cuando se vio por primera vez un tanque de guerra Panzer. Fue una batalla perdida desde el comienzo.
La cámara persigue a los personajes, los rodea, los sitúa en campo abierto, los acompaña entre el barro, la sangre y el sudor, se mete con ellos en trincheras que vuelan por los aires, los acompaña cuando se sumergen en el agua, los conocemos en primero planos y encuadres que desafian toda lógica al ser un film con casi ningún corte de edición; y esto se lo debemos al gran Director de Fotografía Roger Deakins, un prodigio que nos mete de lleno en un ambiente que, muchas veces, parece sacado de una película post-apocalíptica. Pero claro, 1917 (2019) es una obra llena de desolación y, a su vez, esperanza.
Thomas Newman, colaborador habitual de Mendes, completa con su score la parte técnica que acompaña la película, trazando paralelos muchas veces con Dunkirk (2017) en la forma de crear clima y tensión muchas veces con el sonido del segundero de un reloj, marcando el «a contratiempo» del film.
Los dos protagonistas son el relato en sí y condensan a la perfección las vivencias acaecidas en miles de soldados caídos. Asimismo, mientras recorremos las trincheras y los desolados parajes del conflicto, como el tristemente célebre «No Man’s Land», hay varios actores que van apareciendo casi como una frutilla en el psotre para enmarcar aún más este film como una obra de suma calidad.
Muchos de los que estarán leyendo esto sabrán que J.R.R. Tolkien se basó en sus vivencias en la 1° Guerra Mundial para crear «El Señor de los Anillos», pues bien, si se fijan bien, 1917 parece muchas veces la travesía que Frodo y Sam tuvieron que realizar a través de la Tierra Media: camaradería, horrores, muerte, desazón, y tantos etcéteras asociados a la crueldad de un conflicto bélico que solo las personas que lo vivieron saben de qué se trata.
Hasta ahora. Por que San Mendes nos lleva en una recorrida sin igual en un día en la vida de estos héroes anónimos. Jóvenes que tuvieron que pelear por su país, muchas veces sin saber por qué, poniendo sus cuerpos para que unos pocos resolvieran un conflicto absurdo en una guerra con notables diferencias tecnológicas.
Lo absurdo de la guerra y lo bello de la hermandad. Todo esto está condensado en 1917 (2019). Una obra maestra sin lugar a dudas.