Habiendo dejado atrás (afortunadamente) su etapa “Bond”, Sam Mendes incursiona en la recreación de una historia de la Primera Guerra Mundial que le fuera narrada por su abuelo. Lo hace con espíritu inglés, y alejado de toda sensiblería que intente seducir al espectador, habiendo tomado unas cuantas decisiones afortunadas para que ello ocurra.
En primer lugar, el criterio del falso plano secuencia, para que a los ojos del público la historia fluya con continuidad circular, y pese a la presencia vigorosa de sus dos protagonistas (Dean-Charles Chapman y George MacKay) como dos soldados británicos que deben cumplir con la misión de atravesar territorio enemigo para evitar un catastrófico ataque que acabaría con la vida de 1600 uniformados, el centro de la unidad narrativa es la historia misma.
En segundo lugar, y aun pese al artificio virtual, lo que se ve plasmado en la pantalla es sencillamente impactante y grandilocuente. La Dirección de arte es encomiable (Dennis Gassner en Diseño de Producción y Lee Sandales en Decorados de Set) y se constituye en la otra protagonista de esta propuesta.
El cambio de punto de vista a mitad de la narración (que fiel a nuestro estilo, no adelantaremos aquí) sin alterar por ello la esencia del relato se erige como una herramienta más que pone de relieve la clara intención del director de no manipular a la audiencia con el falso heroísmo que el cine ha venido insistiendo (salvo excepciones) con reflejar en este tipo de films, y de no edulcorar historias bélicas.
Otro rubro encomiable es la fotografía. El talentoso Roger Deakins (Blade Runner 2049; Fargo; Sicario; Skyfall; No Country for Old Men; The Reader) pudo desarrollar con precisión estética la admirable conjunción entre tomas largas y la velocidad a la que debía ir la cámara.
La precisión y variedad de recursos de los protagonistas a los que se suman un grupo de famosos que intervienen fugazmente dotando de colorido a la narración (Colin Firth, Benedict Cumberbatch, Mark Strong, Andrew Scott) tornan a 1917 en un exponente de visión necesaria.
POR QUE SI:
«La clara intención del director de no manipular a la audiencia con el falso heroísmo que el cine ha venido insistiendo»