Sam Mendes elabora esta proeza técnica y narrativa llamada «1917», a raíz de una anécdota que le contó su abuelo paterno Alfred Mendes. Es así que logra un relato sumamente inspirado que le otorgó varios galardones en la temporada de premios y que se perfila como una de las grandes favoritas en la próxima entrega de los Oscars.
Uno de los aciertos del largometraje es que más allá de su grandilocuencia visual y su suntuosa banda sonora, la historia comprende un relato sencillo pero bien narrado que opta por una economía de personajes (por lo menos en la mayor parte del metraje).
El film se sitúa en el año del título, en una de las partes más cruentas de la Primera Guerra Mundial, donde dos jóvenes soldados británicos Will Schofield (George MacKay) y Tom Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una apresurada y aparentemente imposible misión por parte del General Erinmore (Colin Firth). Esta supone una carrera contrarreloj donde deberán atravesar territorio enemigo con el fin de entregar un mensaje al Coronel Mckenzie (Benedict Cumberbatch) para evitar que 1600 soldados británicos emprendan un ataque durante el amanecer, el cual según datos de inteligencia, iría a caer directamente en una trampa del ejército alemán. Para colmo, entre las filas del regimiento que se propone atacar a las tropas germanas está el hermano del propio Blake.
Como una especie de «Saving Private Ryan» (1998) combinada con «Paths of Glory» (1957), Sam Mendes ofrece un thriller bélico elocuente pero a su vez sencillo. Sencillo en torno a la historia que cuenta, pero complejo en cuanto a su realización y a todo lo demás. Un relato estupendamente contado que hace gala de un tremendo despliegue a nivel visual y técnico más que nada con un increíble trabajo de Dirección de Fotografía del maestro Roger Deakins (habitual colaborador de Mendes y de los hermanos Coen) que probablemente obtenga el segundo Oscar de su carrera por la ciclópea tarea que tuvo que afrontar en esta película. La puesta de cámara es maravillosa y el efecto de Plano Secuencia (al igual que «Rope» de Hitchcock y otros films como «Birdman» de Iñarritu, poseen cortes escondidos pero no arruinan la sensación de un único plano) aportan una cuota de creatividad, un nivel de planeamiento superior pero también una sensación de nerviosismo continuo y de intimidad con los personajes que se encuentran desamparados en terreno enemigo. Otro aspecto a destacar tiene que ver con el impresionante Diseño de Producción y todo lo que tiene que ver con la reconstrucción de época que siempre resulta sorprendente más allá de que ya es corriente en la industria cinematográfica británica. En el plano sonoro cabe destacar las poderosísimas notas de Thomas Newman que acompañan muy bien a lo alcanzando en el plano visual.
Por el lado interpretativo se destaca George Mackay («Captain Fantastic») que es el protagonista indiscutido de este film y que le pone cuerpo y alma a cada secuencia. Un joven talento que demuestra estar a la altura de un proyecto tan gigante como este. Por otro lado, los personajes secundarios de Cumberbatch, Firth, Mark Strong, Andrew Scott y Richard Madden aportan su cuota de profesionalismo a pequeños pero interesantes roles que les toca interpretar.
«1917» es un film trepidante que nos brinda grandes momentos de tensión los cuales están bien amalgamados con otras secuencias más introspectivas pero igualmente inmersivas. Un film poderoso a nivel narrativo que se nutre de una brillante dirección de Sam Mendes. Un prodigio visual que no se queda solamente en el logro de lo técnico sino que también momentos de verdadero poder dramático.