El horror de una situación muchas veces nos golpea más cuando imaginamos la dimensión de la negrura fuera de campo, cuando adivinamos y comprobamos con la protagonista que la sangrienta dictadura de Pinochet es una realidad muy distinta a lo que comenta su familia, sus hijos, su clase social, su mejor amiga que asegura “los chilenos somos flojos y mediocre, necesitamos mano dura”. Esta señora de vida acomodada, de marido e hijos profesionales, entrara de casualidad a otro mundo. Un cura amigo le pide que cuide a un joven herido, un delincuente, que pronto descubrirá que es un militante, “una manzana roja”. Para la protagonista será caminar en un campo minado, en territorios desconocidos, practicar una dramática doble vida, donde se cuelan persecuciones, los cadáveres, el tiempo más violento y dictatorial. La directora, Manuela Martelli, en su primer largometraje ( es también una muy conocida actriz) acierta en redondear una tensión permanente entre los dos mundos de la protagonista, en el clima de peligro y suspenso, pero también en una cuidadosa visión de la realidad. Cuenta con una actriz perfecta para el rol, Aline Kuppenheim , realiza una compleja y pensada elaboración visual, y acierta en la visión y la acción de una mujer valiente.