Amigos y chasquidos que dicen mucho
Divertida comedia que expone en pantalla, a puro estilo argento, el reencuentro, los desamores y una fresca bocanada de liberados y geniales diálogos de un grupo de treintañeros bastante bloqueados, inconscientemente, en cuanto a madurar y darse cuenta de la edad que poseen.
El protagonista es Juan (Walter Cornás), quien tras separarse recientemente parece emanciparse de todo compromiso retornando a las reuniones amigueras, trasladándose en skate de un lado a otro, portando este elemento un valor simbólico de despojo y albedrío juvenil. Entre anécdotas, ironías y pláticas amenas entre los participantes, cada uno de ellos parece almacenar más de un infortunio amoroso en su historial, abordando la temática en una sintonía tan verosímil que permite que muchos se sientan identificados con los personajes.
Juan trabaja con Luciana (Carla Quevedo en destacable y sorprendente encarnación) una joven difícil de descifrar, de apariencia naif, inocentona y conductas zonzas, que para nada van con el carácter y el modo de ser de nuestra figura principal. Pero hay algo que lo cautiva y lo compenetra con ella, quizás por oposición o percepción, sin embargo Juan comienza a enamorarse.
Por momentos parece distinguirse, entre la niebla que separa la cámara de la puesta en escena, a un De Caro inmerso en la piel de quienes llevan a cabo las interpretaciones, con ese peculiar e inteligente humor, incluso cuando alguno cita la palabra “maestro” como fiel a su vocabulario.
Angustias, alegrías, chasquidos como código para indicar la intensidad de un beso, juegos para conquistar mujeres, menciones cuasi nerds a los videojuegos, retratos satíricos y muy bien cimentados del loser argentino, algunos elegantes recursos técnicos y una banda sonora disfrutable sonando con Cosmo de fondo (vale mencionar el tema El dueño del sueño) fundan los motivos particulares para que 20000 Besos cumpla, sin llegar a trascender.
LO MEJOR: el reparto en general, principalmente Quevedo y Alan Sabbagh. Los momentos graciosos, con ese peculiar sentido del humor impreso por su director.
LO PEOR: parece faltarle algo al remate del film.
PUNTAJE: 7