Momento de crisis
El título de esta película de Gabriel Nicoli supone un paralelo entre el clásico de Stanley Kubrick, 2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) y la realidad argentina post debacle económica. Lejos de ser un documental que analice causas y consecuencias, el film toma la crisis social de contexto para narrar la road movie de tres adolescentes en plena crisis existencial abordo de un Peugeot 404 color rosa.
La realidad estalla en mil pedazos, la desesperanza se adueña de las personas en plena crisis política y social en la Argentina del 2001. En ella deambulan los tres adolescentes de la película que interpretan Alan Daicz, Malena Villa y Vicente Correa. La radio y televisión propagan las imágenes de la debacle económica vista infinidad de veces y, mientras sus padres se hunden en la depresión, ellos salen a la ruta en busca de un futuro. El peugeot 404 color rosa funciona de coraza que protege el vínculo entre los amigos, en una película plagada de simbología para expresar el sentimiento de una época que marcó a una generación.
2001: mientras Kubrick estaba en el espacio (2016) es una road movie de adolescentes en plena crisis, de las tantas que realizó el cine argentino entre finales de los noventa y principios del nuevo milenio. Pero algo la diferencia felizmente del resto, y es la mirada en retrospectiva de lo sucedido. Mediante una serie de símbolos que justifican el accionar desesperanzado de los adolescentes, vemos y percibimos el clima de un momento particular. Las ruinas están desplegadas por doquier en el trayecto que atraviesan los personajes en una suerte de universo post apocalíptico, que los obliga a una búsqueda de identidad, conectándose nuevamente con el deseo y, sobre todo, con el futuro.
Las menciones al clásico de la ciencia ficción son varias aunque no en sentido literal. Más allá del comienzo con adolescentes marginales golpeando y destruyendo un maniquí en asociación inmediata con el comienzo prehistórico de la película de Kubrick, entendemos que el film de Nicoli no pretende hablar de la humanidad ni mucho menos de la condición humana. Simplemente busca una explicación -y con ella, una salida- al mal momento histórico atravesado sin buscar culpables sino ver las consecuencias sobre los adolescentes de entonces.
La película logra actuaciones convincentes, indispensables para este tipo de relato, y expone un paralelo cinéfilo e histórico para un relato sensitivo que no evade causas y consecuencias externas que afectan la psiquis de los personajes.