Con aire de cine independiente norteamericano, esta sensible, estimulante y divertida mezcla de road movie con film de crecimiento sigue a tres adolescentes escapando, con auto y dinero robados a sus familias, de la buenos aires de 2001, cuando las pantallas mostraban que todo se iba al diablo y Kubrick, al espacio. Van en un auto pintado de rosa, el de la abuela de uno de ellos, pero eso parece menos absurdo que lo que está pasando en el país. Que es menos importante, a su vez, de lo que sucede en sus corazones. Una fotografía inspirada aprovecha tanto las locaciones como a sus tres estupendos y bellos actores nuevos, rodeados de figuras conocidas, para una sorpresa, de las buenas, en el cine argentino.