El fin de las comedias
Los guionistas de The Hangover le ponen su sello a esta nueva película acerca de fiestas adolescentes al mejor estilo yanqui y alcohol por doquier, pero en esta ocasión el material que nos presentan termina resultando de mucho menor calibre que el de aquella taquillera comedia protagonizada por Bradley Cooper y Zach Galifianakis.
En 21, la gran fiesta, un asiático estudiante se encuentra en la noche previa a una importante entrevista con una universidad de medicina que marcaría el rumbo de su vida. Sus dos amigos, irrumpen en su casa prácticamente obligándolo a salir a festejar sus 21 años, realizando un tour por bares y “juergas” que hallen por la movida nocturna. Obviamente, la tensión se manifiesta a raíz de un estado de ebriedad supremo que dificultaría la cita en la facultad del jovencito cumpleañero.
Lamentablemente, a la industria cinematográfica le está costando encontrarle la vuelta al género. Es que aquellas obras que solían generar escenas tan embarazosas como causantes de extensas risotadas ya han quedado en el tiempo. Y aquí, en 21, la gran fiesta lo percibimos a cada momento. La película no es cómica; no solo no genera carcajadas sino que tampoco risas; y lo que es peor aún, es que no atrae al espectador de forma tal en que pueda entretener.
Todos los gags que se van dando a lo largo de los minutos están tan quemados que no son motivo siquiera de sorpresa. A cada instante se respira un aire conocido, la sensación de “esto ya lo hemos visto”. Las secuencias son extremadamente parecidas a las de Project X, incluso hasta en el tipo de personalidades que poseen los personajes de la historia, por lo que es probable que el público se sienta estafado mientras lo va comprobando con el orden cronológico de los sucesos que acontecen.
LO MEJOR: puede funcionar como entretenimiento soso para aquellos que no busquen más que eso.
LO PEOR: es prácticamente igual a Project X. No ofrece variantes. No causa risa.
PUNTAJE: 3