Premiada por su guión en el festival de Venecia y ganadora de tres Globos de Oro como mejor película dramática, mejor actriz a Frances McDormand y mejor actor de reparto a Sam Rockwell, Tres anuncios por un crimenpropone un drama triste y profundo con acertados momentos de humor negro y mordaz que recuerdan el universo de los hermanos Coen, en lo que podría describirse como un western moderno protagonizado por una variante femenina del clásico Jim West, pero cuya única arma es su ingenio -y alguna que otra bomba molotov-.
Frances McDormand encarna a una madre desconsolada y enfurecida con la policía que tras meses sin esclarecer la violación y asesinato de su hija, decide poner tres anuncios en el camino a su pueblo con un mensaje controversial, poniendo en vergüenza al sheriff local -Woody Harrelson- y convulsionando la pequeña comunidad que entrará literalmente en combustión.
Martin McDonagh, director y guionista, toma los anuncios como una especie de macguffin para construir un relato que combina hábilmente el drama de esa madre angustiada ante la injusticia, con pequeños momentos de humor negro con un gran tacto, y un espiral de violencia gestionada con maestría acompañado de diálogos ingeniosos y vueltas de tuerca con cambios de matices en los personajes.
Personajes que si bien responden a los estereotipos sureños de los Estados Unidos, y al dicho "pueblo chico infierno grande", a la vez son lo suficientemente particulares como para generar una extraña forma de empatía.Son seres con defectos, muchos despreciables, que están en búsqueda de su propia forma de justicia y a los que McDonagh se atreve a acercarse más en profundidad a las difíciles y conflictivas emociones que atraviesan, y a los que también les da la posibilidad de cambiar.
Es la fantástica Frances McDormand, quien personifica de manera única a esta madre devastada, agraviada y fracturada por dentro pero también fuerte, determinada, violenta y sin remordimiento que se convierte en el héroe solitario que enfrenta de manera desafiante a un pueblo entero.
McDormand logra recorrer la gama entre la congoja, la ira y el dolor profundo acompañado de un humor negro reflejando nuestra más íntima amargura o el simple odio que nos habita. Violenta, despiadada, pero a la vez tierna, ingeniosa e incapaz de bajar la guardia y acceder a sus emociones.
El gran trabajo de Sam Rockwell, en la piel del típico policía sureño con tendencias violentas, tan racista como infantil a la vez, que además roza lo patético por su incompetencia y una relación en extremo disfuncional con su madre con la que vive, logra ser divertido, trágico y triste, produciendo en el espectador una sensación de desprecio total al comienzo y cierta compasión forzada hacia el final.
Woody Harrelson se corre de los villanos y psicópatas al que nos tiene acostumbrados para componer con acierto a ese sheriff, presentado como un ignorante y estúpido, que es tanto el enemigo declarado de Mildred como su única esperanza. Un jefe de policía de buen corazón, venerado y querido por su comunidad, que intenta más tarde una sabia conciliación ante un destino devastador.
Aunque previsible una vez promediado el relato, la acertada combinación del drama y los toques de humor negro, con el constante cambio tonal de sus personajes -incluso hasta los personajes secundarios relucen en sus escenas-, una lograda banda sonora y las excelentes actuaciones de Francés McDormand, Woody Harrelson y Sam Rockwell respaldan esta historia que tiene grandes momentos, y que hacen de Tres anuncios por un crimen un film entretenido que cobra fuerza mientras se transita, mas allá de su final.