La melancolía de los compases de Mildred Goes to War de Carter Burwell resuenan como himno de resistencia, la música Hillbily, poderosa, anticipa y describe desde la primera escena a la protagonista, Mildred (Frances McDormand) es una mujer que busca el esclarecimiento de la muerte de su hija adolescente. El director Martin McDonagh juega con el conservadurismo salvaje de Misouri y pone a esa mujer un contexto misógino y violento, en donde debe librar una guerra en soledad, no en vano, Burwell crea este temón lírico – su playlist está nominado como mejor banda sonora- y lo titula “Mildred va a la guerra”. Mildred pone tres letreros con diferentes leyendas relacionados con el asesinato de su hija, de ahí McDonagh nos introduce en una drama bien narrado, perfectamente orquestado, que conmueve desde la primera secuencia.
No soy fan de McDonoghan, deje por la mitad Siete Psicópatas, aunque banqué un poco a Escondidos en Brujas (va más bien apoyé la dupla Gleeson/Farrel) pero en esta se PASA. Más allá del híbrido en el que se convierte – una llora, rie, un pastiche- 3 anuncios para un Crimen es un peliculón. Incluso cuando uno piensa que ese relato perfecto va a flaquear por alguna obviedad, McDonoghan se apoya en McDormand y la explota al máximo.
Cada mirada, frase e interpelación de Mildred es una celebración cinéfila, un manifiesto feminista acerca de valorizar el rol de la mujer en un una sociedad en donde parecería no valer demasiado. Cada plano de Mildred/McDormand – los primeros planos denotan incluso su inmensa belleza- genera empatía y acercamiento a un personaje que sufre. Además, esta heroína es inteligente, una mujer brillante.
Hay un monólogo de Mildred en contra de la iglesia que provoca que uno quiera levantarse de la butaca y aplaudirla, bueno es lo que genera Tres anuncios para un crimen, el aplauso contenido al menos la primera hora de película. El villano, Dixon – – un policía racista, desagradable y violento se presenta como la contrafigura de Mildred. Rockwell, nominado a mejor actor de reparto por la Academia, compone un personaje desagradable. Recordemos su legendario “Billy The Kid” en Green Miles, un ser rechazable, hasta por sus hábitos ecatológicos. Bueno el nivel RECHAZO de Dixon va por ese lado.
Con una madre tan violenta como el -Brillante Sandy Martin y uno de las grandes olvidadas de los Oscars- Dixon hace un espectáculo para que se lo odie. Un ser entrañable es el comisario Willosghby (amamos tanto a Woody Harrelson), la voz de la razón y sin duda la primera parte de la película es suya.
Podría escribir tomos sobre Tres Anuncios para un crimen, que tiene en algunos pasajes el tono de comedia de las películas de los Coen, que el drama y la nostalgia que maneja es similar a la que usó Taylor Sheridan en Wind River (véanla también por favor) y que seguramente sea la ganadora de los premios Oscars. Tienen que ir a ver Tres Anuncios para un crimen, una película en donde esta mujer libra una batalla contra un pueblo que decide ignorarla