Por ese palpitar
Un encuentro azaroso y la mirada misteriosa de una mujer con quien se comparte un paseo nocturno y el acuerdo tácito de volverse a ver en secreto unos días después, forma parte del detonante de 3 corazones, cuyos personajes, un empleado público encargado de auditar impuestos y dos hermanas de las cuales se enamora perdidamente, experimentan el drama de un triángulo amoroso donde no existe ley de compensaciones y donde el destino parece subrayar la tragedia para cada uno de ellos.
Esa fuerza arrolladora que despierta la pasión, pero más aún la que viven Marc (Benoît Poelvoorde) y Sylvie (Charrlotte Gainsbourg), mientras la abnegada Sophie (Chiara Mastroianni), se queda con las migajas de un matrimonio por conveniencia, laceran el corazón del protagonista, capaz de perder todo por el inexplicable atractivo de su cuñada, pero en el film de Benoît Jacquot aparece como un elemento de desunión y de ruptura que sumado a la cuota de suspenso que se origina desde la clandestinidad y las relaciones secretas, permiten que el largometraje se escape de la trama melodramática, para encontrar otros horizontes mucho más atractivos desde el punto de vista de la puesta en escena.
Esa exposición desde las vísceras y desde los sentimientos más profundos encuentra su correlación también con una cámara que guarda distancia en ocasiones, pero también ataca con zooms rabiosos al estilo Hong Sang-soo cuando sus criaturas parecen atrapadas en su propio círculo vicioso.
La tragedia shakespeariana y el suspenso francés, con sus ritmos pausados y esa pátina tortuosa que lo cubre todo, prevalecen en la trama de 3 corazones, que además cuenta con la participación especial de Catherine Deneuve que aporta su cuota de elegancia –como siempre- y la justeza a la hora de interpretar a la madre de estas dos hermanas conflictuadas y dependientes.