Kevin Costner viaja a París
Luc Besson no se desenvuelve bien en el drama -le pasó con La fuerza del amor (The Lady, 2011)- y menos en la comedia -Angel-A (2005) por citar alguna-; su fuerte es el cine de acción, ya sea en su faceta de director, guionista o productor como en este caso. El problema surge cuando mezcla la acción con otro de los géneros menciondos. Ya lo hizo con Familia Peligrosa (Malavita, 2013) y lo vuelve a reiterar con la igualmente infeliz 3 Días Para Matar (3 days to kill, 2014).
Kevin Costner interpreta a un agente federal que mata por encargo. En un último trabajo se descompensa y tras ser asistido en una clínica, le detectan un cáncer Terminal que le depara sólo 3 meses de vida y el fin de sus actividades de espionaje. Ya retirado decide reestablecer relaciones con su hija adolescente y su ex mujer a quienes casi no veía por su labor pero, cuando está por ser “aceptado” nuevamente en su hogar, lo buscan para concretar una última misión. Entre la familia y su violenta vocación deambulará la película.
3 Días Para Matar se “vende” (su distribuidora y sponsor oficial “Peugeot”) como un film de acción de los productores de Búsqueda implacable (Taken, 2008), la mejor película producida por el director de El perfecto asesino (León, 1996). Aquel film tenía a un Liam Neeson genial, tipo rudo cincuentón, devenido en héroe de acción a la antigua, recio, solitario y de pocas pulgas, con un sabroso instinto para la violencia. El rescate de Kevin Costner, que cuenta con similares características, prometía un producto “a la altura de” pero no fue así, y no por culpa de Costner -lo mejor de la película-, sino por el guión de Besson y Adi Hasak, que insiste en intercalar tipos que andan en la mala vida con la comedia familiar.
El chiste ya le salió mal a Besson en el film con Robert De Niro y Michelle Pfeiffer, y vuelve a salirle mal ahora. 3 Días Para Matar no es una película de acción, pero tampoco es una comedia familiar. Ni una cosa ni la otra. Si los chistes por momentos funcionan es por la presencia corporal de Costner –ya no es necesario que actúe- que pone su cara y curriculum de tipo-duro-fracasado-sentimental en pantalla.
No se puede negar que Besson está obsesionado con la “normalidad” que la vida familiar supone, así como con las mujeres bellas y de carácter fuerte. No sólo las películas mencionadas transitan el tema, también Búsqueda Implacable 2 (Taken 2, 2012) o Venganza despiadada (Colombiana, 2011), siempre desde la recuperación de un lazo familiar quebrado. Lo demás serán postales turísticas de la ciudad de París desde todos los ángulos.
Ahora quién esperaba ver un buen y divertido producto de acción se quedará con las ganas, o tal vez tenga suerte con Brick Mansions (2014), otro de los estrenos en cartel escrito por Besson, con la actuación del desaparecido Paul Walker.