Entre la comedia y la acción
Kevin Costner protagoniza 3 días para matar, donde interpreta a un agente que quiere recuperar la relación con su hija, mientras cumple una misión.
En los primeros minutos de Duro de Matar 4, el imbatible y al mismo tiempo loser policía John McClane se encuentra en una misión un tanto particular: celar a su hija adolescente que está a los arrumacos con un amigo dentro del auto.
Desde la irrupción de este detective antihéroe allá por 1988, uno de sus sellos fue la capacidad para el diálogo ácido en situaciones familiares poco creíbles, metidas en el medio de balaceras y piñas, algo que Willis también despuntó, por ejemplo, en otro filme de acción titulado El último Boy Scout.
Esa ironía en las respuestas y el rol de padre maltrecho que al archifamoso pelado le sale bastante bien, en otros actores quizá puede resultar forzado, y las situaciones improbables pueden tornarse aún más inverosímiles.
Algo de esto pasa en 3 días para matar, una película que tiene a Kevin Costner como protagonista principal en un papel con algunas de estas trazas.
Ethan Renner es un agente de la CIA que por su particular trabajo se fue alejando de su familia, integrada por mujer e hija (parecido al argumento de Búsqueda implacable, pero sin el elemento dramático).
Cuando le informan que sufre un mal terminal que acabará con su vida en breve, le "ofrecen" una droga experimental, pero nada es gratis en esta vida y menos en el violento mundo del espionaje: la condición es cumplir una misión en la que debe continuar liquidando gente, aunque eso vaya en contra de la promesa que le hizo a su mujer, quien le dejó la hija a su cuidado.
El laburo del viejo. El argumento gira, entonces, en los esfuerzos que hace el veterano agente Renner para recomponer la relación con su hija adolescente, mientras se las rebusca para llevar a cabo este encargo sin que esta se entere, y de paso continuar con vida.
Es en este mejunje de géneros (se pasa de la acción a la comedia, del suspenso al sentimentalismo) donde se pierde en algunas secuencias la necesaria conexión con el público.
De todas formas, se trata de un producto que logra entretener, y si hay algo para resaltar es que el director Joseph Nichol se puso las pilas para darle forma a las escenas de acción, varias de las cuales están mejor logradas que en muchos filmes de ese género que se estrenan cada semana en las salas del mundo.
El resto del elenco cumple aceptablemente con su trabajo: Hailee Steinfeld interpreta a la hija y la belleza femenina corre por cuenta de Amber Heard, quien se pone en la piel de la agente que hace de contacto con el bueno de Costner.
Como dato extra vale la pena destacar que uno de los productores de esta cinta es nada menos que el galo Luc Besson, que algo sabe como director y como productor.
Con sus fallas y a pesar de que puede tildarse de rara, 3 días para matar es una película que tranquilamente puede incluirse en un plan de fin de semana livianito, para pasar un par de horas en una sala de cine y después a otra cosa.