3 rostros

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

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Menos mal que aún existen cineastas amables y generosos como Jafar Panahi. Aquí vuelve a tres de sus tópicos: el viaje, la condición de la mujer en Irán y el sentido del propio cine. La historia: una actriz recibe un video de una chica del interior del país que quiere ir al conservatorio dramático en Irán pero cuya familia se opone. Director y actriz viajan a buscarla y descubren no solo una serie de personajes increíbles -algunos humorísticos, otros, no tanto- sino, sobre todo, un paisaje social y moral. Mientras, el propio cineasta utiliza todas las herramientas posibles para que esa historia real (o con enormes visos de realidad) se convierta en un relato cinematográfico. Vemos la película hacerse película, como sucedió con la genial El espejo, de 1998. Y al mismo tiempo, Panahi ejerce de la manera más sutil y frontal la crítica social y política. Es una película de una enorme elegancia en ese sentido, realizada por alguien que considera todavía que la gran pantalla es un lienzo que permite iluminar sutilezas, un arte popular que apela a la inteligencia.