GENTE SUFRIDA
Es una historia coral, de esas con varios personajes y varias historias que a veces se cruzan. Pero el género exige sutilezas, fino poder de observación, un guión concentrado. Aquí el talento y el rigor, escasean. La idea de sumar historias forzando algún punto en común, no sirve. Las criaturas del siempre efectista Meirelles son seres casi derrotados que pasean sus amores penosos por Viena, Paris, Londres. Engaños, rechazos, escapadas, casualidades: un padre que busca a una hija, una novia que quedó sola, un chofer con odio, una esposa con ganas de probar, un odontólogo medio lenteja, un matrimonio en crisis. Por lo menos Rachel Weisz se las ingenia para hacer valer su talento en este melodrama pocos sustancioso, algo artificial y bastante inflado.